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FUERTE. Nico Rosberg fue el mejor en los entrenamientos en Melbourne. / AFP
Deportes/Motor

Los difusores, en la 'Champions'

Williams, Toyota y Brawn, los equipos que llevan el controvertido elemento aerodinámico, dominan con claridad a todos sus adversarios en la primera sesión de entrenamientos en Australia

J. C. CARABIAS
| COLPISA. MELBOURNEActualizado:

Se abrió la aduana 2009 en la Fórmula 1 y el resultado es inapelable: Difusores 1; Kers 0. La temporada arrancó partida en dos, como si el circuito de Albert Park hubiese decretado dos divisiones: las escuadras que juegan la Liga de Campeones y las que se quedan fuera.

Los primeros entrenamientos sustentaron el refrán: algo tendrá el agua cuando la bendicen. Los controvertidos difusores traseros hicieron volar a las tres escuderías que los montan: Williams (con Rosberg al frente en las dos sesiones de estreno), Brawn y Toyota. Fernando Alonso debutó instalado en la panza del pelotón, ni frío ni calor, décimo y duodécimo.

La pieza en cuestión enreda algo más este deporte complejo, donde la fina línea que separa la legalidad de la trampa está en los coches y en su interpretación de las reglas. El difusor es una pieza de la aerodinámica instalada en la parte inferior trasera del monoplaza y que tiene como objetivo acelerar el flujo de aire que discurre por ahí, incrementando la adherencia. Y debe tener una longitud de 35 centímetros a una altura de 17,5 del suelo. El beneficio se estima que puede rondar el medio segundo por vuelta.

Williams, Toyota y Brawn han desarrollado con una placa más corta encima del difusor una especie de doble difusor. Renault, Ferrari y Red Bull, las escuderías que protestaron oficialmente ante la FIA, suponen que se aumenta el apoyo aerodinámico a través de agujeros en el suelo del coche, por los que el aire discurre en el difusor superior. La FIA aceptó como válidos los monoplazas de Williams, Toyota y Brawn.

Hegemonía

El resultado de la segunda sesión dejó poco lugar a la duda sobre la influencia de este elemento. Seis de los siete primeros clasificados ayer llevaban instalado el controvertido difusor.

Y ninguno hubiera contado como favorito para la victoria en Albert Park: Rosberg, Barrichello, Trulli, Button, Glock y Nakajima. Mark Webber se coló con su Red Bull en esta merienda de negros.

«Es una solución más inteligente, pero todos la podrían haber tenido», protestó Ross Brawn, propietario del equipo sorpresa y jefe del área técnica de la asociación de equipos (FOTA). «La opinión de la FIA es que Williams y Toyota han sido listos y encontraron un agujero en las normas», aseguró hace días Max Mosley, el presidente de la FIA. «Estamos en mejor posición de las que pensábamos», admitió Nico Rosberg, el rubio de Williams.

La primera evaluación no alteró el optimismo 2009 de Fernando Alonso. Fue décimo en la primera tanda y duodécimo en la segunda.

En los mismos registros que los Ferrari, pero casi un segundo más lento que la liga del difusor. Hay que ser algo más rápidos para aspirar a más, reflexionaba el piloto asturiano, que hoy intentará meterse entre los seis primeros de la parrilla de salida.