Alonso: «Tenemos que ser más rápidos para estar entre el sexto y el octavo»

Fernando Alonso (Renault), duodécimo en la jornada de entrenamientos libres del Gran Premio de Australia, no acabó demasiado contento el primer día pero tampoco quiso hacer sangre.

Al comparecer en rueda de prensa después de la sesión, declaró que hoy el coche tendrá que ser mas rápido para estar entre el sexto y el octavo puesto en la formación de salida.

«He sido décimo en la primera sesión y duodécimo en la segunda y no es la mejor posición para luchar por el podio o por la victoria. Mañana (por hoy) tenemos que ser mas rápidos, debemos estar entre los puestos sexto y octavo en la formación de salida», afirmó.

«El primer día es siempre difícil cuando se empieza el campeonato», admitió. «Era la primera vez que probamos con calor, ya que en Europa siempre hace mas frío, pero hemos recogido mucha información que tenemos que analizar esta noche y es normal que mejoremos del viernes al sábado».

Esa es la esperanza que mantiene el piloto asturiano, que durante estas últimas semanas ha dicho por activa y por pasiva que aspira al Mundial. Ya son dos años en los que no ha podido subirse a lo más alto del podio. Primero fue Raikkonen y el año pasado Hamilton los que le privaron de seguir acumulando campeonatos.

También señaló Fernando Alonso que «el coche no es muy diferente al de los últimos entrenamientos, pero cada pista es distinta y hay que adaptar los reglajes y realizar pequeños cambios». Es la demostración de que sigue contento con su monoplaza, después de los múltiples problemas que surgieron la pasada campaña.

«Hoy (por ayer) hemos trabajado en ellos y mañana pondremos todas las cosas juntas para mejorar el coche», añadió en la sala de prensa.

Sobre el horario de los entrenamientos y de la carrera, por la tarde, señaló que «el sol está mas bajo y se ve algo peor, no es un gran problema, pero en algunas curvas no se ve muy bien por los retrovisores».

Es una opinión que comparten la mayoría de pilotos que competirán este domingo en Australia, en el Gran Premio de Melbourne, que da inicio al campeonato más imprevisible de los últimos tiempos. Nadie parte como favorito. Ni siquiera el campeón.