![](/cadiz/prensa/noticias/200903/28/fotos/006D5CA-TEM-P3_1.jpg)
El guardián del agua
Cristóbal Moreno llegó a Los Hurones de la mano de su padre, con sólo 7 años, y ha dedicado toda su vida al cuidado y mantenimiento del lugar del que bebe la provincia
| LOS HURONES Actualizado: GuardarLos embalses han tenido durante muchos años demasiada mala fama. Su vinculación al régimen anterior han hecho olvidar que, realmente, tienen una función fundamental en nuestra sociedad al permitirnos almacenar y controlar la gestión de los recursos hídricos, algo muy importante en una zona de la península donde vivimos periodos importantes de sequía. Tanta responsabilidad requiere de alguien que vigile y controle las instalaciones: el guardián del pantano.
Uno de los embalses más importantes de la provincia, porque abastece a la gran mayoría de los gaditanos, es el de Los Hurones. En él encontramos a Cristóbal Moreno Gallego. A sus 48 años ha dedicado prácticamente toda su vida a este recinto que siente como su casa desde que llegó de la mano de su padre, con sólo 7 años. Desde el principio se instaló en el poblado de Los Hurones y aquí ha vivido «los momentos más importantes de mi vida por lo que me siento totalmente ligado a este lugar», comenta. En él conoció a la que hoy es su esposa, se casó con ella en la capilla que tiene la zona e incluso bautizó a uno de sus dos hijos. En los próximos meses su otro hijo hará la comunión y «aunque no lo puede hacer en esta capilla, sí que lo celebraremos en el poblado porque aquí está nuestra vida».
Actualmente, Cristóbal es el encargado del embalse y dedica su tiempo a jornada completa a que todo salga como está previsto y a que con sus cuidados y el del resto del personal (ocho trabajadores más) sea un lugar encantador y eficiente. Su trabajo dura las 24 horas del día y por ello vive en el embalse por si tiene que actuar con urgencia. «Si llueve mucho y viene una gran avenida de agua habría que actuar de inmediato para evitar problemas», explica.
Cristóbal destaca que «el embalse es algo vivo y hay que estar con él día a día», recordando que hay que coger datos de meteorología, desembalses, etcétera. Además, a su alrededor hay un trabajo importante de mantenimiento y embellecimiento del entorno, sobre todo en el caso de Hurones, y «tenemos que saber cómo llega el agua, para lo que se hacen analíticas periódicas, porque hay que dar agua potable a la ciudadanía y tenemos que estar pendientes». En esta labor tienen que controlar si cae al embalse algún animal muerto o algo de basura y «tenemos que quitarlo rápidamente para que no se resienta la calidad del agua», destaca.
A diario se desembalsan unos 2.000 litros de agua por segundo que se destinan a los depósitos de Jerez y Puerto Real, donde el agua es tratada para su consumo. Esta cantidad puede variar en momentos determinados, por cambios en la demanda, y eso hay que regularlo desde Los Hurones, haciendo que suba o baje la cantidad de agua desembalsada por segundo, en función de las indicaciones que dan los ingenieros por teléfono. La tecnología se está implantando en muchas facetas de este embalse pero una de la labores fundamentales, la de la apertura de las compuertas, se sigue haciendo manualmente. Dichas compuertas son flotantes y se consigue que se abran al introducir agua en una cámara interna. Para el cierre basta con retirar ese agua.
Otra de las funciones que tiene el embalse es la producción de energía que, según comenta el encargado de Los Hurones, «es la parte que más informatizada está aunque también sigue teniendo muchos pasos que dar de forma manual». Este uso del agua es secundario y «sólo se puede utilizar para la producción de energía cuando hay agua suficiente que garantiza el consumo», recuerda Cristóbal.
Una de las labores más curiosas de mantenimiento que requiere un pantano es la que se lleva a cabo con el desagüe de fondo. El mismo hace las labores de tapón del pantano, como si fuera el de una bañera. La vía debe abrirse varias veces al año, generalmente unas dos o tres, para evitar que se atasque con toda la suciedad que se va al fondo del agua. Su función principal, es, en fin, la de desaguar el embalse en caso de que fuera necesario.
En un año como éste, en el que las precipitaciones han permitido que el embalse se encuentre al 90% de su capacidad, el desagüe de fondo puede llegar a utilizarse más de lo habitual porque se aprovecha para «regenerar el agua del pantano porque la del fondo es la que acumula más suciedad». Estas labores suelen compaginarse con la apertura de las compuertas, algo que se ha llevado a cabo hace pocos días.
La construcción de este embalse se inició en los años 50 y se prolongó durante más de una década. Las empresas que se encargaron de llevarla a cabo eran, fundamentalmente, de Zaragoza, lo que posibilitó que se instalara en la zona un importante comunidad maña que celebraba por todo lo alto la Virgen del Pilar, el día 12 de octubre. Además, también se contó con muchos trabajadores de lugares lejanos como Asturias o Galicia.