ENTRADA. El barco partió rumbo a Mallorca cuando caía la tarde. / NURIA REINA
Turismo

El primero de los grandes

El crucero holandés 'Oosterdam', que traía 1.600 pasajeros, centró ayer la atención de los viandantes por sus inmensas proporciones

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Un gigante marino arribó en la mañana de ayer al puerto de Cádiz, majestuoso e imponente, en una jornada primaveral y lo más importante, cargado de viajeros. Casi 1.600. No era el primero que flotaba sobre aguas del litoral gaditano en esta temporada, pero sí el que más llamó la atención entre los ciudadanos, por otra parte, muy acostumbrados ya a la visita de estos lujosos titanes.

El crucero holandés Oosterdam atracó en el muelle sobre las diez de la mañana y partió, rumbo a Palma de Mallorca, a las 8 de la tarde. El barco provenía de Lisboa y traía como pasaje a 1.596 personas de las más variadas nacionalidades.

El grueso -1.234 turistas- norteamericanos, y el resto, canadienses. Argentinos, australianos, belgas, italianos y hasta un japonés, también tuvieron la oportunidad de disfrutar por unas horas de la ciudad, punto de destino muy común de este crucero, ya que normalmente para hasta tres veces en el muelle gaditano a lo largo de un año.

Paseo y piscina

Desde primera hora, el Oosterdam centró las miradas de los viandantes por sus grandiosas dimensiones. 81.799 toneladas de peso repartidas en sus 285 metros de eslora y una altura de 37 metros -el equivalente a unos 10 pisos de altura-.

La mayoría de los cruceristas decidieron pasar el día por las calles del centro de Cádiz. El clásico atuendo de los turistas norteamericanos, gorra y mapa en ristre, se dejó ver a lo largo de toda la jornada por las plazas y rincones más emblemáticos de la capital. Los despistes y las trabas derivadas de las obras del Jardín de Canalejas también comienzan a ser un tópico.

Otros viajeros aprovecharon la parada para hacer uso de las lujosas instalaciones del barco, -de corte clásico-, sobre todo, de las piscinas. El ambiente, caluroso, así lo prescribía.

La actividad y el trasiego de turistas fue decayendo a medida que avanzaba la tarde, ya que el momento de la cena para los norteamericanos se adelanta varias horas con respecto a la que se acostumbra en Europa. A las 8 de la tarde, el crucero surcaba de nuevo las aguas del Atlántico rumbo a Palma de Mallorca.

El barco holandés es uno de los siete cruceros que, cuando acabe el mes, habrán hecho escala en el muelle gaditano -el Belle Cadix, Brilliance of seas, AidaCara, Callisto, Island Scape y Aidaluna-. Con el inicio de la primavera la imagen de estos monstruos de hormigón se irá repitiendo casi a diario. El año pasado se aumentó en un 12% la parada de barcos turísticos, lo que dio como resultado la llegada de 225.000 pasajeros y más de 70.000 miembros de las distintas tripulaciones.

El objetivo de las diferentes organizaciones y empresas del sector es conseguir que Cádiz se convierta en un punto de recepción de estos turistas y no una base desde donde visitar otras ciudades andaluzas, sobre todo Sevilla. Ayer, al menos, la gran mayoría de los cruceristas - de alto standing- apostaron por el destino Cádiz.