La crisis golpea a The New York Times y Washington Post
Los dos diarios más prestigiosos de EEUU anuncian ajustes de plantilla para recortar costes
WASHINGTON Actualizado: GuardarLos dos diarios más prestigiosos de EEUU, The New York Times y The Washington Post, se han convertido hoy en las dos últimas víctimas de la crisis que sufre la prensa estadounidense al anunciar ajustes de plantilla para recortar costes. Ambos han justificado la medida en un intento por sobrevivir en un panorama mediático cada vez más negro, que ya se ha llevado por delante diarios como el Rocky Mountain News, la cabecera más antigua de Colorado, y ha obligado a otros a abandonar el papel y renovarse antes de morir.
El descenso de ingresos publicitarios y de ventas por la crisis ha llevado al Washington Post a anunciar su segunda ronda de prejubilaciones en lo que va de año. Este es el cuarto intento de tomar un respiro económico del prestigioso periódico, que desde 2003 ha hecho cuatro propuestas de prejubilaciones a su plantilla. Entonces el diario contaba con 908 trabajadores entre periodistas y empleados, mientras que ahora ha quedado reducida a poco más de 700.
El año pasado, 231 empleados del Washington Post se acogieron a la propuesta de la dirección, con un coste de 79,8 millones de dólares (58,6 millones de euros), que fue desembolsado por el fondo de pensiones de la empresa. La directora ejecutiva de Washington Post Media, Katharine Weymouth, ha explicado a los empleados que se plantearán las jubilaciones a quienes ocupen puestos de trabajo prescindibles, aunque advirtió de posibles despidos en el futuro, ya que el aumento de los ingresos por las publicaciones digitales no han podido compensar el descenso de los ingresos de las ediciones impresas.
Pérdidas de 60 millones de dólares
Motivos similares ha alegado el New York Times, que reducirá el salario un 5% a la mayor parte de sus empleados y despedirá a cien trabajadores, según ha informado en su página web. La compañía editora del Times registró en 2008 unas pérdidas de 57,8 millones de dólares (42 millones de euros), frente a los 208,7 millones de dólares (153 millones de euros) que ganó un año antes, debido entre otros motivos al descenso de los ingresos por publicidad.
La empresa, que también controla el International Herald Tribune, The Boston Globe y otros 16 diarios y 50 páginas web, informó a finales de enero de que sólo en el cuarto trimestre vio cómo su beneficio cayó un 47,8% respecto a 2007. La crisis que afecta al sector ya ha arrastrado a otros grandes diarios como el Rocky Mountain News, que dejó de publicarse el pasado 26 de febrero, después de registrar unas pérdidas de 16 millones de dólares (11,7 millones de euros) en el 2008 y no encontrar a un comprador que lo rescatara.
¿La muerte del papel está cerca?
Las nuevas tecnologías han sido la tabla de salvación para otros como el Seattle Post-Intelligencer, que el pasado 16 de marzo publicó su última edición en papel para pasar a ser un periódico exclusivamente digital, después de 146 años de historia. El grupo editorial Hearst, dejó de imprimir el P-I, tras perder 14 millones de dólares (10 millones de euros) el año pasado. Se convirtió así en el primer gran diario estadounidense en "migrar" a Internet, como dijeron sus directivos, con una plantilla de 20 periodistas en lugar de los 165 que tenía el diario.
Al igual que anunció el periódico Ann Arbor News, de Michigan, que imprimirá su último ejemplar en julio, después de 174 años, para pasar a ser un medio electrónico. En una carta a los lectores, la directora, Laurel Champion, ha explicado que las pérdidas de 2008 han hecho imposible continuar con la edición impresa y el diario se convertirá en la compañía de Internet AnnArbor.com LLC, que seguirá haciendo información local y de interés para la comunidad.
El Centro para la Excelencia en Periodismo auguró en su informe anual un devastador 2009 para los medios estadounidenses. Tras recordar que los ingresos publicitarios de los periódicos cayeron un 23% en los dos últimos años y que ha desaparecido casi una quinta parte de los puestos de trabajo desde 2001, señaló que, con el creciente trasvase de lectores hacia Internet, lo peor podría estar aún por llegar.