Sociedad

Ni la edad ni el parkinson han detenido a Lorenzo CherbuyY un pincel en las manos

, que continúa pintando en su casa de Puntales

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Lorenzo Cherbuy nació en 1921 convirtiéndose en uno de los artistas gaditanos más prolíficos del siglo XX y a la vez menos reconocidos. De formación autodidacta, comenzó su andadura artística en 1948, vinculándose al grupo poético gaditano Platero. Ha mostrado sus obras principalmente en Cádiz, aunque también ha realizado exposiciones en Ceuta, Madrid, Sevilla o Zaragoza. Su personal estilo a la hora de pintar, hace que sea complicado el calificar o destacar algunas de sus obras. Pasando por diferentes estilos, sus composiciones destacan por ser policuadros.

Ha vivido la mayor parte de su vida en una pequeña vivienda de la barriada de Puntales, donde el apellido Cherbuy es conocido, más que por sus obras por la paternidad generosa que ha demostrado. Nada más y nada menos que 14 hijos repartidos en tres pequeñas habitaciones.

Durante varios años, fue escenógrafo del grupo Gris Pequeño Teatro de Cádiz, que dirigieron Luis Balaguer y Mario Barasona. Asimismo, ha colaborado con distintos decoradores gaditanos y numerosos centros oficiales, hoteles, bancos, y locales comerciales de varias localidades andaluzas que cuentan con vidrieras, murales, terracotas, cuadros y dibujos suyos. En su personalidad destaca su fuerte carácter que ya demostrara desde pequeño. De hecho, en varias ocasiones se escapó del colegio en el que cursó estudio, los Salesianos, siendo descubierto por la Policía al llegar a Chiclana.

Sus influencias han sido variadas pero también complicadas de descifrar, ya que van desde la naturalaza, con un interés especial hacia los insectos, a diferentes obras literarias y a la creación de un alfabeto personalizado con letras incomprensibles aunque llamativas.

Tiene 88 años y ni la vejez ni el parkinson le han quitado los pinceles de las manos, pues continúa realizando obras. Gran amante de la música y la literatura, guarda un amplio repertorio de libros y discos en su habitación, además de varios cuadernos en los que plantea sus ideas existenciales acompañadas de sus característicos dibujos. La ironía, el horror al vacío y la sexualidad son algunas de las constantes que se encuentran en la pintura de Cherbuy, ampliamente repartida en diferentes lugares tanto de la provincia como de fuera. La escultura es otra de las artes que ha plasmado con la creación de bustos y la recreación de personalidades. Su arte no llega a ser abstracto aunque tampoco se puede calificar como una expresión figurativa.

Otra de las características que le han acompañado en su peregrinar por la vida ha sido su capacidad para la retención de datos, asombrando a sus tertulianos con la mención de diferentes autores a la hora de tratar de cualquier materia. Una enciclopedia andante que se muestra de forma abierta anticlerical y satisfecho de haber podido sobrevivir del arte en una provincia en la que resulta muy complicado hacerlo. Entre sus fracasos se encuentra el periodo que pasó en Madrid, donde no logró abrirse camino.