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El Pentágono encoleriza a China

Pekín califica de «falacia e intromisión» un informe del Departamento de defensa de EE UU que alerta sobre el crecimiento militar del gigante asiático

| PEKÍN Actualizado: Guardar
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Estados Unidos y China vuelven a enfrentarse en una guerra fría que ambas superpotencias parecen empeñadas en revivir a pesar de sus fluidas, pero también problemáticas, relaciones económicas. El último capítulo de esta pugna por la hegemonía mundial viene a cuenta del informe que acaba de difundir el Pentágono alertando sobre la escalada militar de China.

El documento, que provoca cada año un roce diplomático entre Washington y Pekín, advierte de que «el ritmo y alcance de la transformación militar de China han aumentado» durante los últimos años con la compra de armas extranjeras y un mayor gasto en nuevas tecnologías y en reformas de las Fuerzas Armadas. Entre ellas, destacan los misiles antisatélites que el régimen comunista ya ha probado con éxito y la nueva base de submarinos que ha construido en la isla de Hainan, en el mar del sur de China.

Además, el Pentágono sospecha que el dragón rojo se está dotando de un arsenal de misiles de corto y medio alcance en su lado del estrecho de Taiwán, la isla que permanece separada de China desde el final de la Guerra Civil (1945-49) pero cuya soberanía es reclamada por Pekín.

Por ese motivo, el informe del Departamento de Defensa avisa de que «las Fuerzas Armadas chinas siguen desarrollando una tecnología militar en materia nuclear, espacial y en la guerra en el ciberespacio que están cambiando los equilibrios militares en la región y tienen implicaciones más allá de Asia-Pacífico». Sin ir más lejos, distintas secciones de la Administración estadounidense han sufrido recientemente ciberataques procedentes del coloso oriental que, al parecer, tendrían como objetivo extraer información de sus ordenadores.

A mediados de este mes, la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo del régimen chino, aprobó el presupuesto de Defensa para 2009, que prevé una subida del 14,9% hasta llegar a los 480.700 millones de yuanes (55.852 millones de euros). Este incremento es inferior al de ejercicios anteriores y, además, está a gran distancia de los gastos militares del Pentágono, que rebasan los 515.400 millones de dólares (410.010 millones de euros) sin contar las partidas para las guerras de Afganistán e Irak y el programa de armas nucleares. Sin embargo, es contemplado con escepticismo por los analistas, que calculan que Pekín podría destinar a su Ejército -el mayor del mundo con 2,3 millones de soldados- dos o tres veces más de lo que realmente reconoce.

Falta de transparencia

Esa supuesta falta de transparencia entraña, según el Pentágono, «riesgos para la estabilidad al crear incertidumbre y aumentar los posibles malentendidos». En este sentido, un portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, pidió ayer un «diálogo militar más sólido» y «más contactos con China».

Pero no parece que esto sea nada fácil porque Washington y Pekín acaban de retomar sus conversaciones militares después de que permanecieran suspendidas desde octubre hasta finales de febrero por la última venta de armas estadounidenses a Taiwán, cifrada en 6.500 millones de dólares (4.782 millones de euros). Además, en las últimas semanas se han repetido varios incidentes militares entre barcos americanos y chinos cerca de la isla de Hainan, por lo que el régimen de Pekín ha acusado a Washington de espionaje y «actuaciones ilegales en una zona de exclusión económica» que la Casa Blanca considera aguas territoriales.

El informe del Pentágono también calcula que China ha vendido por todo el mundo unos 7.000 millones de dólares (5.149 millones de euros) en armas, con Pakistán y otros regímenes tan poco recomendables como Birmania y Sudán como principales clientes.

Unas acusaciones que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, no dudó en calificar de «flagrante deformación de la realidad». «El informe del Pentágono sigue jugando con la falacia de la amenaza militar china y es una intromisión en nuestros asuntos internos», criticó Qin Gang, quien instó a EE UU a «abandonar la mentalidad de la pasada guerra fría y dejar de hacer acusaciones sin fundamento para no dañar las relaciones entre ambos países».