Todos los grupos tratan de impedir que Le Pen presida el Europarlamento
| ESTRASBURGOActualizado:Jean-Marie le Pen estará unido a la polémica hasta su último aliento. El ultraderechista francés se niega a retirarse y a sus 81 años su caminar político es aún, cuanto menos, conflictivo. Ayer consiguió que las principales fuerzas del Europarlamento se alíen para intentar impedir que, en su condición de decano, presida la próxima sesión inaugural después de las elecciones europeas del 7 de junio. Sus nuevas declaraciones minimizando el holocausto han colmado el vaso de la paciencia de los diputados. Ayer repitió desde el estrado que las cámaras de gas fueron un «simple detalle» de la historia de la Segunda Guerra Mundial.
Incluso el jefe del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el también francés Joseph Daul, anunció que se unía a una propuesta de socialistas y ecologistas para «tomar todas las medidas que se imponen». El líder socialista, el alemán Martin Schulz, había expresado previamente su preocupación «por el hecho de que un negacionista pueda presidir el Parlamento Europeo aunque sólo sea durante una jornada. Espero que se adopten medidas para evitar que Le Pen pueda ocupar ese puesto. La mejor solución es que los franceses no le voten».
Mientras, el líder de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, el histórico líder 'Dani el Rojo' del Mayo del 68, aseguró que ellos son más partidarios de que quien presida esa simbólica sesión sea el eurodiputado más joven «porque es un símbolo del futuro». «No por ir en contra de Le Pen, sino por dar una señal positiva de rejuvenecimiento europeo para el futuro. Como suele suceder en democracia, disponer un cordón sanitario para apartar a la ultraderecha de la escena política de manera sistemática puede darle un aire más seductor a los votantes de identidad antisistema». No obstante, preveía que tomar una decisión de este calibre no va a ser fácil.
Mucho empeño no mostraron, en cambio, desde el grupo liberal, cuyo líder, Graham Watson, consideró que «no hay ninguna razón para tratar a Le Pen de manera diferente a los otros, incluso aunque yo detesto su política».
Una afrenta
Todo coinciden, no obstante, en que además es una afrenta que un euroescéptico presida, aunque de manera simbólica, la Cámara continental, al tiempo que temen el impacto mediático de la imagen del octogenario derechista francés recién empezada la próxima legislatura.
Jean-Marie Le Pen, que encabezará la candidatura a los comicios comunitarios por el Frente Nacional (FN), se quejó ayer de ser víctima de «acusaciones difamatorias». «Me limité a decir que las cámaras de gas fueron un detalle de la historia de la guerra mundial, lo que es una evidencia», aseguró tras tomar la palabra ante el pleno. El político galo ya fue condenado en 1997 por una frase idéntica y, este mismo año, el Tribunal de Apelación de París confirmó otra pena de tres meses de prisión exentos de cumplimiento y 10.000 euros de multa por asegurar en 2005 que la ocupación nazi de Francia «no fue particularmente inhumana». «La opinión de los socialistas y de los Verdes es imbécil. No me sorprende teniendo en cuenta que sus dos jefes de grupo son alemanes. Es una actitud típica en su caso. No me extrañaría que votaran una resolución para impedir que la tierra siga girando», añadió Le Pen.