El nacimiento de un titán

Apenas falta un año y medio para que finalicen las obras del segundo puente sobre la Bahía. Una obra titánica que crece en el suelo del Bajo de la Cabezuela y en unas semanas comenzará a emerger de las aguas más allá de los tímidos cilindros que se observan desde la capital. La construcción de dinteles dará un nuevo aspecto a las dobles columnas que hasta ahora se veían rematadas de una peluca de ferralla en el Bajo de la Cabezuela.

Esto será una realidad en tan sólo una semana en el primer caso, y avanzará al ritmo de un nuevo dintel cada 15 días. En el otro extremo del puente, sobre las aguas, en apenas un mes emergerá sobre los 48 pilotes que sustentan la pila número 12, la zapata sobre la que se alzará una de las dos torres más altas de la infraestructura, con 180 metros cada una.

Los 300

Hasta más de tres centenares de trabajadores se emplean cada día en la construcción del nuevo viaducto que conectará Cádiz con el otro lado de la Bahía. Y no se trata sólo de que en dos años haya una nueva forma de llegar a la capital desde Puerto Real u otras localidades que se encuentren al norte de la villa. Otra cosa que cambiará radicalmente será el aspecto de la misma Bahía, que ya no volverá a ser la misma. Del mismo modo que ya lo hizo el puente Carranza, este nuevo viaducto dará otra silueta a la ciudad de Cádiz. Y todo ello se habrá conseguido con acero y hormigón. Será entonces una nueva Bahía la que rodee este segundo puente.