Ehud Barak convence a los laboristas para unirse al gobierno de Netanyahu
Actualizado: GuardarHa tenido que escuchar que es patético. Que es un traidor. Que ha vendido el partido. Pero Ehud Barak, líder del Partido Laborista israelí, consiguió ayer convencer a la mayoría de los miembros de su formación para que aceptaran entrar en el Gobierno de derechas que encabezará Benjamín Netanyahu.
El primer ministro designado cuenta ya con los apoyos necesarios que le dan la mayoría absoluta, con un Gobierno que une a la extrema derecha con la ultraortodoxia y, después del acuerdo con Barak, a la principal formación de centro-izquierda del país.
Pero convencer a su partido no le ha resultado nada fácil al actual ministro de Defensa. Después de que sus equipos pasaran toda la noche negociando, Barak llegó a un acuerdo ayer por la mañana para formar Gobierno con Netanyahu, líder del partido conservador Likud. El pacto debía ser aprobado, no obstante, por la comisión central del partido, que se reunió por la tarde. La propuesta de Barak pasó por los pelos, con un margen de tan sólo 165 votos.
Sin embargo, la oferta de Netanyahu no es nada desdeñable, ya que pese a haber obtenido tan sólo 13 escaños en las pasadas elecciones, el peor resultado de su historia, el Partido Laborista obtiene cinco ministros, dos viceministros y un cargo de presidente de la comisión parlamentaria. Barak mantendrá su cargo, que servirá, según algunos analistas, para contrarrestar el giro a la derecha de la cartera de Exteriores, que encabezará Avigdor Lieberman, líder de Yisrael Beitenu.
Además, el Gobierno deberá comprometerse a diseñar un plan de paz integral para la región, respetar los acuerdos firmados por Israel, esforzarse por conseguir acuerdos de paz con todos sus vecinos y hacer cumplir la ley en materia de asentamientos ilegales, según la página web israelí Ynet.
Ira laborista
La decisión de formar Gobierno con su enemigo natural, y con partidos como el de Lieberman o la ultraortodoxia del Shas ha provocado la ira de una buena parte de los laboristas. De hecho, siete de los 13 diputados que se oponían al acuerdo prefirieron pasar a la oposición. Para los detractores de Barak, el líder sólo busca mantener su asiento ministerial, algo que él mismo desmintió ayer en la reunión de su partido.