Sociedad

Una marca en decadencia

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Berry Gordy sabía cómo exprimir a sus artistas. El paraguas de sellos adscritos a Motown siguió dando buenos resultados, pero, radicado en California, su sonido fue diluyéndose hasta perder su identidad. A mediados de los ochenta su etiqueta ya había dejado de ser garantía de calidad, y la compañía comenzó a ser deficitaria antes de que su fundador la vendiera a MCA en 1988 por 61 millones de dólares.

En lo comercial, Motown se recuperó a principios de los 90 con el éxito de los grupos Boyz II Men y New Edition, pero pronto se enfangó en una sucesión de cambios directivos y una errática política de fichajes, que a punto estuvo de significar su defunción tras ser absorbida por Seagram. A este emporio cervecero pertenecen hoy la multinacional Universal y el grupo Motown, que hoy engloba también a subsellos como Blackground, Republic, Cash Money y Casablanca. Stevie Wonder es el único histórico que permanece. Una marca venida a menos que, no por casualidad, ha estilizado la clásica M de un logo que hoy llevan los lanzamientos de Erykah Badu, Lindsay Lohan, Damian y Stephen Marley y Nick Cannon.