El enemigo talibán
Los Marines estadounidenses desvelan en un informe las tácticas «cada vez más sofisticadas» de combate de la insurgencia
| GRÁFICO: ISABEL TOLEDO Actualizado: GuardarMientras los presidentes Barack Obama y Hamed Karzai hablan de diálogo abierto con los elementos menos radicales de la insurgencia en Afganistán, los Marines preparan el camino a los 17.000 nuevos hombres de refuerzo y en un informe de 39 páginas al que ha tenido acceso este medio advierten de las «cada vez más sofisticadas técnicas» empleadas en las emboscadas sufridas en Helmand y Farah, dos de los lugares que mejor simbolizan la falta de control de Kabul sobre el sur del país. Estas trampas mortales, unidas a los efectivos IED (siglas en inglés de dispositivos explosivos improvisados), son las dos armas principales de la insurgencia para enfrentarse a las tropas de la coalición.
Afganistán no es Irak y los mandos estadounidenses quieren que sus hombres dejen de pensar en la campaña del país pérsico para centrarse en Afganistán, «donde el enemigo lleva treinta años luchando y, como nación, miles de años». En este informe -ilustrado con los bocetos de las más importantes emboscadas sufridas en los últimos meses- se detalla la capacidad de la insurgencia para «reunir hasta cuatrocientos hombres» en una sola operación y su disposición a luchar «de dos a cuarenta y dos horas» sin descanso y «hasta la muerte».
Junto a la capacidad para juntar un alto número de combatientes para una misma operación, los mandos estadounidenses destacan «el avanzado conocimiento de nuestras tácticas de combate» y «una gran disciplina a la hora de combinar diferentes posiciones de fuego». La insurgencia afgana es consciente de la «limitación de su armamento» y optimiza sus recursos gracias «al extraordinario conocimiento del terreno», lo que ha llevado a los americanos a repasar detenidamente la derrota de las fuerzas soviéticas, ya que muchas de las emboscadas sufridas en estos años «son las mismas que sufrieron los rusos».
Mientras en los despachos de Washington, Teherán e Islamabad se trata de identificar al mayor número posible de interlocutores susceptibles de dejar la lucha y empezar a colaborar con el Gobierno central, los mandos militares con tropas desplegadas en el sur del país no levantan el pie del acelerador ante el comienzo de la ya habitual ofensiva de primavera. En los dos últimos días al menos cuarenta milicianos han perdido la vida en operaciones realizadas en la provincia de Helmand.
«Han demostrado ser capaces de distinguir entre Ejército, Marines y SOF (Fuerzas Especiales)», refleja el informe, que destaca la preferencia por atacar los convoyes de material logístico, muchas veces como «un simple cebo para atraer a los Marines, a los que consideran los más agresivos dentro de las fuerzas internacionales».
Objetivos precisos
La rápida respuesta supone caer en una situación con «un fin catastrófico» de la que «sólo el apoyo aéreo puede rescatar a la compañía». Esta observación echaría por tierra la opinión de diferentes expertos, que consideran que los ataques de la insurgencia tienen como objetivo cualquier país de las fuerzas de la coalición, sin importar la bandera. Según los Marines, no sólo distinguen el país, sino también el cuerpo al que pertenecen.
La disciplina de combate adquirida en la larga campaña contra los soviéticos hace que los insurgentes sean muy efectivos en unos ataques cuyo objetivo principal suelen ser los vehículos blindados. «A los hombres a pie les disparan a 100 o 150 metros con sus armas ligeras (AK47), que normalmente están en posición de un disparo, no en ráfaga. A los vehículos con lanzagranadas RPG y ametralladoras PK, a 200 o 300 metros, y para acciones a una distancia superior emplean morteros y cohetes», detalla un informe que revela también la «importancia de la estructura de barro de las casas en las aldeas, ya que son muy resistentes a nuestras armas y sirven de protección a los enemigos».
Junto a la necesidad de una correcta y rápida cobertura desde el aire, los Marines destacan la importancia de trabajar más intensamente el combate a pie y para ello resulta imprescindible el despliegue de un mayor número de soldados, como Estados Unidos y el resto de países de la misión OTAN parecen dispuestos a hacer en los próximos meses.