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Mariano Rajoy teme una derrota en Madrid en las elecciones europeas
Los populares de la dirección nacional reprochan a Esperanza Aguirre que haya dado alas a Rosa Díez
Actualizado: Guardar«Lo que me da miedo es perder estas elecciones en Madrid», confesó Mariano Rajoy a personas de su confianza tras mostrarse convencido de que el triunfo en los comicios al Parlamento Europeo está al alcance de su mano en el resto de España. Porque será él quien protagonice la campaña electoral de Jaime Mayor Oreja y el que se echará a las calles de pueblos y ciudades para arañar hasta el último voto, afrontando las votaciones de junio como un ensayo de las generales. En ese panorama, Esperanza Aguirre es vista como una rémora desde la dirección nacional del partido.
Entre las encuestas y proyecciones demoscópicas sobre los estudios del CIS y los resultados de las elecciones generales de marzo de 2008, los expertos electorales del PP estiman que hay motivos sobrados para pensar que Rajoy puede ganar las elecciones europeas en todas las autonomías menos en Madrid. Sería una bofetada para Esperanza Aguirre pero también un importante obstáculo para que el partido opositor obtenga el triunfo que ambiciona.
Los temores de la dirección nacional están alimentados por el clima que detectan en su electorado madrileño y no tanto por el coste de los casos de corrupción. El espíritu crítico que Aguirre ha propiciado en contra de la política de oposición dictada por Rajoy ha nutrido un estado de opinión al que contribuyen algunos medios de comunicación afines al sector conservador del partido. Los 'marianistas' vaticinan que las discrepancias internas pasarán factura electoral y el partido de Rosa Díez será el principal beneficiado de esta estrategia cainita.
Enfrentamientos
Los responsables electorales de la campaña de marzo de 2008 ya mantuvieron serias discrepancias y algún enfrentamiento abierto con los responsables del PP de Madrid a los que acusaron de dar alas a Rosa Díez y su entorno sin tener en cuenta que representa la principal amenaza electoral para los candidatos populares.
De hecho, en el primer análisis que hizo Rajoy de la derrota en las elecciones generales ante la Junta Directiva Nacional del partido, llamó la atención sobre los datos que indicaban que el principal granero de votos de Rosa Díez estaba en algunas localidades madrileñas. Son municipios como Pozuelo o Majadahonda, situados en la zona norte de la comunidad autónoma, habitados por clases medias acomodadas que siempre han votado al PP. Para colmo, los escándalos de corrupción relacionados con el caso Gürtel salpican precisamente a los alcaldes de estas localidades aunque los populares creen que el coste en votos por este motivo será insignificante.
La potente presencia de un tercer partido, las luchas intestinas del PP madrileño y el desgaste político sufrido por la presidenta autonómica, por los reiterados escándalos, pueden ser un cóctel peligroso para sus expectativas electorales. Rajoy considera que la política de la capital tiene rasgos «pintorescos» y muy característicos del foro pero distantes y distintos de las sensibilidades de su electorado en otros territorios.
Para intentar pacificar la organización, el presidente del partido ha ejercido la mediación entre la presidenta autonómica y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, pero ha obtenido unos resultados discretos porque, si bien han cesado las acusaciones mutuas, continúan las hostilidades en el seno del consejo de administración de Caja Madrid. Pero, sobre todo, el líder del PP quiere abrir su discurso electoral a otras inquietudes que detecta en los ciudadanos con la intención de centrar toda su atención en la crisis económica para impulsar el cambio político.