SIN LÍQUIDO. Las entidades financieras también tienen sus propios problemas. / L. V.
Ciudadanos

Nueve de cada 100 recibos que cobran los bancos son devueltos

La media de efectos impagados en la provincia está casi un punto sobre la andaluza y cerca de tres sobre la nacional

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Los apuros financieros conducen a este tipo de paradojas: una empresa con unos números que aprobaría cualquier profesor de contabilidad se dirige a un banco para solicitar un crédito con el que refinanciarse a corto plazo y continuar con una necesaria expansión que le permita sobrevivir en pleno estancamiento de la economía. El banco, la misma entidad con la que siempre ha trabajado y la que gestiona sus nónimas de forma exclusiva, se niega. Las cuentas pueden cuadrar, pero no hay líquido. La firma decide aplicar un expediente de regulación masivo de su plantilla y mete en problemas a todos aquellos que tienen una hipoteca. Y ahora es cuando viene la ironía, porque, debido a esa condición de cliente preferentes, todos los empleados de esta empresa tenían contratado su préstamo para la vivienda con el banco en cuestión. «Al final, dejan de pagar las letras y el coste global para la entidad es mayor que el crédito que le habían pedido al principio», cierra la historia el presidente de la CEC, Miguel González Saucedo.

La cadena de consecuencias suena a parábola ejemplarizante. La realidad es más dura porque los números son fríos. La morosidad está alcanzando máximos de varias décadas y el Instituto Nacional de Estadística desveló esta semana pasada que el total de letras impagadas por particulares y empresas durante el pasado mes de enero en la provincia se situó en 5.228 unidades sobre un total de efectos de 58.137. La división de ambas cifras resulta que el 8,9% de los recibos que las entidades financieras libraron durante los primeros 31 días del año fueron devueltos o se encontraron con una cuenta en negativo. Aquí se computan hipotecas, cuotas del coche, del televisor o de la consola del niño.

El porcentaje gaditano supera en casi un punto el 8,1% de impagados que registró de media la comunidad andaluza y supone casi un mundo aparte del 6,4% nacional. A pesar de todo, Huelva y Almería presentan un balance morosos-banca peor que el gaditano, con un 9,1% y un 9,3%, respectivamente.

Miguel González Saucedo critica que «todas esas medidas de apoyo a los bancos que prometió el Gobierno de Zapatero se estén quedando en esos bancos y no estén llegando a los ciudadanos y a las empresas, que son los que realmente necesitan el dinero para poder avanzar».