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Los empresarios denuncian el aumento de la criminalidad por culpa de la recesión
Las compañías piden a la Subdelegación mayor control sobre los pequeños hurtos en los comercios, las sustracciones en los polígonos industriales e incluso el robo de ganado
Actualizado: GuardarUn rebaño aprovecha esta primavera de paisajes verdes para pastar tranquilamente en la campiña chiclanera. De pronto, un camión irrumpe en el predio sin vigilancia alguna, se baja la portezuela y sus ocupantes empiezan a montar en el vehículo al ganado. Minutos después, la calma vuelve al bosque y el propietario se queda sin animales.
«Hemos pasado de los pequeños robos en comercios a comportamientos de verdaderos cuatreros», glosa la escena anterior Miguel González Saucedo, presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), quien añade que ya han alertado a la Subdelegación del Gobierno en la provincia «del aumento de la delincuencia» en los últimos meses como consecuencia directa de la recesión y, por lo tanto, como válvula de escape ante el ahogo económico que sufren las familias. «Estamos muy preocupados por la delicada paz social que estamos atravesando y, desde luego, hemos notado un aumento de los delitos contras las empresas gaditanas», alerta.
De hecho, el episodio del ganado robado se ha dado ya en dos puntos alejados como Rota y Chiclana -según el representante de la patronal- y este tipo de medidas extremas complementan «los continuos robos que sufren los comercios y los ataques sobre los polígonos industriales y empresas en general». Los esporádicos casos de desapariciones de cobre, cables y material de construcción de meses atrás ya no son extraños y ahora vale cualquier cosa (aunque, por otro lado, no haya tanta obra).
La alarma de los empresarios ya la conoce de primera mano Subdelegación (en una reciente reunión) y los temores se extienden a todos los rincones con intereses empresariales. Horeca, la asociación que representa a bares, restaurantes y hoteles en la provincia, ha alertado la semana pasada hasta dos veces sobre una temida proliferación de los carteristas y de los pequeños hurtos durante la inminente temporada fuerte del turismo. Como sus compañeros mayores de la CEC, el colectivo turístico reclama la intervención policial.
A todo esto, desde la propia Subdelegación no se ha detectado un incremento especial de los delitos menores durante los últimos meses. Más bien al contrario, se ha reducido ligeramente. Y es más, la tasa de casos aclarados por las fuerzas de seguridad del Estado se elevó del 44,9% al 46,4% entre los ejercicios de 2007 y 2008.
Sin embargo, el diario ABC publicaba ayer que las Fuerzas de Seguridad del Estado se temen lo peor a partir de junio, cuando las ayudas, las prestaciones por desempleo o los subsidios mengüen en todo el territorio nacional. En Cádiz, el deterioro del mercado laboral se construyó antes.
Protestas y protestas
Y de aquel deterioro viene la conflictividad laboral de estos días en forma de huelgas, paradas, manifestaciones, duras negociaciones de convenios... Tras dejar «absolutamente claro» que todas estas cuestiones no tienen nada que ver los robos y otros incidentes mayores, el máximo representante de la CEC advierte sobre «el peligro de que las protestas y movilizaciones que están protagonizando los trabajadores se radicalicen cada vez más y pueda ocurrir algo». Miguel González Saucedo recuerda que «ya se han ocupado bancos, comercios y supermercados, con situaciones en las que dos guardias de seguridad en un establecimiento se encontraron con 200 manifestantes en los pasillos del local sin mucha capacidad de reacción».
Desde la parte sindical, que es la que está llevando a cabo las movilizaciones, el secretario general de UGT en la provincia, Pedro Custodio, defiende el derecho de los asalariados a expresar su malestar frente «a las medidas injustas que están tomando las empresas». El líder sindical subraya que gran parte de la culpa de la tensión «ha nacido de las decisiones empresariales de aprovechar las vacas flacas para aligerar las plantillas de más y cerrarse en banda en cualquier renovación de convenio».
Dos protestas al día
Independientemente del cruce de declaraciones entre patrón y empleado, el ambiente está bastante caldeado. Hasta el pasado 17 de marzo (o lo que es lo mismo, transcurridos 76 días del año 2009), la Subdelegación ha permitido 150 concentraciones o protestas en la provincia de Cádiz, lo que sale a una media de dos concentraciones al día (aunque hay que tener en cuenta que estos actos incluyen, por ejemplo, quejas de los estudiantes contra Bolonia o de alumnos contra el estado de sus colegios; nada que ver con la recesión).
Por otra parte, los datos tampoco recogen todas esas marchas espontáneas en que derivan una concentración inicial, la persecución diaria a la que están sometiendo los parados isleños de la construcción al alcalde de San Fernando, la omnipresencia de los ex eventuales de Delphi en cualquier acto público que se celebre y su encierro o las ideas de última hora de los trabajadores del campo, como aquel viernes en el que tomaron al abordaje un barco en Cádiz. «Estamos muy preocupados», resume González Saucedo.