Prudencia
Escribo esta carta desde la más absoluta sinceridad. Soy cristiana, milito en la plataforma 'Cristianos por el uso del condón'. Comprenderán mi absoluto escepticismo con las declaraciones de nuestro Papa. No tienen desperdicio y me ponen en los años 80, cuando nadie sabía qué era el sida, incluida yo. Hoy, año 2009, sabemos que el preservativo es efectivo, trabajo en una asociación de lucha contra el sida hace muchos años y veo la importancia de usarlo en parejas . Estoy triste, porque veo que todos los esfuerzos de las ONG y del Gobierno caen por tierra por un líder que no sabe lo que dice.
Actualizado:Le puedo asegurar que conozco África y que muchísimas mujeres son infectadas en sus casas y en sus camas. ¿Qué les parece? Es la realidad, miles de niños por transmisión vertical se infectan de sida en África cada día. Un horror. Tengo conocidos frailes, misioneros, monjas que trabajan sobre el terreno y no entienden nada, y no se atreven a hablar porque están muy ocupados ayudando en países empobrecidos y haciendo labor social.
Le sugiero al Papa que cuente con las personas que trabajan en África. Hasta entonces sus palabras serán alarmistas, sin contenido científico y desde el más absoluto frentismo; piénselo, señor Papa, y me cuenta el asunto más adelante. Por un mundo más justo.
U. García Uribe.
Madrid