Cuba saca partido de la ola roja
Si un país se ha beneficiado de la ola izquierdista que se ha apoderado de América Latina es sin duda Cuba. Aunque en la próxima Cumbre de las Américas que se celebrará abril en Trinidad y Tobago aún no contará con asiento, esta semana dos naciones como El Salvador y Costa Rica han reanudado sus relaciones diplomáticas con el Gobierno de La Habana. Cuba ha dejado de ser una isla política.
Actualizado:El presidente electo salvadoreño, Mauricio Funes, había prometido, y reiterado, que una de sus primeras medidas sería recuperar los lazos rotos en 1959. Horas después era el costarricense Óscar Arias quien ofreció unilateralmente recomponer las relaciones deshechas en 1961. El Gobierno cubano que en el pasado no muy lejano tachó de «payaso», «testaferro de Washington», «servil papagayo del imperialismo yanqui» y «vulgar mercenario» a Arias, respondió con escueta nota oficial de aceptación.
Cuba ha recibido renovadas muestras de apoyo de otros colegas latinoamericanos, a donde envía médicos y educadores que curan y alfabetizan al tiempo que ha estrechado los lazos con la UE. Una decena de mandatarios regionales han visitado ya al presidente Raúl Castro. Y abogarán personalmente en Trinidad y Tobago ante Barack Obama por la supresión del embargo unilateral impuesto por EE UU en 1962.
El empujón vendrá bien para promover el históricamente complicado diálogo entre La Habana y Washington, aunque a juzgar por los movimientos de los legisladores estadounidenses tal vez ni haga falta, ya que hasta el Senado ha llegado un informe respaldado por el republicano Richard Lugar que sugiere que la estrategia de la Casa Blanca de aislar al Gobierno comunista «no está funcionando». El futuro dependerá del entendimiento entre Obama y Castro. Algunos analistas y disidentes temen que surja un problema que dé al traste con la anhelada nueva sintonía.