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El Gobierno da por perdidas las próximas elecciones europeas
Los socialistas temen ser incapaces de motivar a un electorado retraído por la crisis y dan por segura la movilización del PP
Actualizado: GuardarNo es una cuestión de si se pierde, sino de por cuánto se pierde. El Gobierno y la dirección del PSOE dan por prácticamente asegurado que el Partido Popular saldrá victorioso en las elecciones europeas del 7 de junio, unos comicios que tienen un valor simbólico extraordinario. Se trata de la única contienda electoral que puede servir de termómetro nacional de aquí a las municipales de 2011. Más que un augurio de lo que ocurrirá, su resultado tendrá la virtualidad de marcar el estado de ánimo con el que José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se enfrentarán a los próximos meses de la legislatura.
El punto de partida no es halagüeño. La pérdida del Gobierno de Galicia ha dejado a los socialistas más noqueados de lo que un análisis meramente cuantitativo podría explicar. En puridad, no perdieron ni un solo escaño. Fueron sus socios del BNG los que, al pasar de 13 a 12 diputados, hicieron inviable un nuevo matrimonio de conveniencia. Pero el partido ha vivido como un gran fracaso su incapacidad para crecer desde la Xunta y debilitar a un PP que no se resintió en absoluto de la pérdida del poder.
Al margen de la importancia que en esta derrota electoral hayan tenido las peculiaridades autonómicas, la lectura de que la crisis económica pasó factura es unánime. Como es común la inquietud que provoca la constatación de que el electorado popular funciona, en palabras de una de las ministras más veteranas, «como un ejército» que responde disciplinado y sin dudar a la llamada de sus líderes a las urnas.
Los socialistas consideran que hay varios factores en su contra. El primero es que las elecciones europeas nunca han desatado pasiones, lo que complica aún más la movilización de los votantes de izquierdas, que no se caracterizan precisamente por su entusiasmo. A eso hay que añadir que, al no elegirse un Gobierno, en estos comicios no funciona nunca el voto útil. Al contrario, insisten, hay tendencia a castigar a quien está en el poder porque «sale gratis». No se olvida de que si Rodríguez Zapatero ganó las elecciones de 2008, con apenas 38.000 votos más que en 2004, fue gracias a que fagocitó electores de partidos como IU, ERC e ICV, temerosos ante la fortaleza de Mariano Rajoy.
Una última clave está en la campaña de Rajoy. Al PSOE no le cabe ninguna duda de que los populares pondrán a trabajar su maquinaria electoral como si de unas generales se tratase. Sin embargo, quizá eso sea lo que menos les preocupa. Los estrategas del partido creen que podría jugar a su favor porque sacará del letargo a los suyos. En esta línea, se analiza también la puesta en marcha la reforma de la ley del aborto. «Anima a mucha de esa gente que nos votó por nuestra valentía en asuntos como la ley del matrimonio homosexual y que ya empezaba a preguntarse para qué», señala un miembro de la ejecutiva federal.
'Efecto Rosa Díez'
No es sólo la movilización del PP lo que hace pensar al PSOE que éstas no serán sus elecciones. La dirección del partido da por hecho que Rosa Díez sacará en torno a 3 escaños (de los 54 que se eligen) y a pesar de que la tesis oficial es que la líder de UpyD arrebata más apoyos a los populares que a los socialistas, en este caso hay dudas razonables de que vaya a ser así. En gran parte, reconocen fuentes cercanas al propio Zapatero, porque el Ejecutivo está sumido en la parálisis y ha perdido toda iniciativa política.
En el horizonte, hay además algunos signos preocupantes. En las últimas semanas se ha sucedido una protesta estudiantil en contra del plan Bolonia para Universidades, una manifestación de policías y una marcha organizada por los sindicatos de Barcelona contra la crisis, en la que 15.000 personas acabaron arremetiendo contra el Gobierno. El comportamiento de los agentes sociales ha sido hasta ahora suficientemente prudente como para que el partido gubernamental confíe en que la crisis económica no derivará en una crisis social. Pero fuentes socialistas ya vaticinan que el 1 de mayo habrá una «explosión controlada». «Tampoco es tan grave, Felipe González y José María Aznar lograron mayoría absoluta después de sendas huelgas generales», señalan.
Etapa de recuperación
Con estos mimbres, se intentará recobrar impulso. La dirección socialista confía en que la primera semana de abril, con la presencia de Zapatero en el G-20, la cumbre de la OTAN y el foro de la Alianza de Civilizaciones en el que participará Barack Obama sirva de punto de inflexión.
Pocos días antes, el 28 de marzo, se habrán aprobado las listas al Parlamento europeo, encabezadas por Juan Fernando López Aguilar. Y ya estará nombrado el comité de campaña. Asumido que hay escasísimas posibilidades de ganar, el objetivo es lograr que la brecha entre los dos principales partidos sea lo menor posible. «Si nos ganan por dos puntos no pasará nada, si es por más de seis, será un desastre», avisa un asesor del presidente del Gobierno. Con todo, no faltan las voces que restan dramatismo al pinchazo y recuerdan que pese al buen resultado del PP en las últimas municipales, fue el PSOE el que ganó en las generales sólo un año después.