ESPAÑA

Un cambio de gabinete como catalizador para el partido

Que Rodríguez Zapatero prepara una remodelación del Gobierno desde hace meses y que sólo queda elegir el momento es algo que ya nadie duda. Ni en su propio gabinete ni en el PSOE. Algunos de los hombres más cercanos al presidente apuntan a unas semanas antes de las europeas como fecha más lógica con el argumento de que sólo así se podrá quitar de encima la imagen de agotamiento y bloqueo que transmite su equipo y que lastra sus posibilidades de obtener un resultado digno.

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La renovación de un gabinete cuya operatividad ya nadie defiende en las filas socialistas serviría, según estas tesis, de trampolín para llegar con más impulso a una cita en la que el presidente del Gobierno se juega la fama de eterno triunfador que le ha acompañado desde que, contra todo pronóstico, ganara el 35 congreso federal de su partido frente a José Bono. Aunque no todo el mundo lo entiende así. Entre los estrategas socialistas también hay quien teme que con esa opción se queme un cartucho antes de tiempo.

La gravedad del asunto no es menor. El desgaste no sólo afecta al área económica del Ejecutivo. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, también es objeto de duras críticas por parte de un importante número de dirigentes del PSOE e incluso de quienes comparten con ella la mesa del Consejo de Ministros. A las reuniones de la dirección socialista ha llegado ya la queja de que en el Gobierno falla la «coordinación», una palabra que apunta directamente hacia su despacho.

Fuentes gubernamentales aseguran, aún así, que Fernández de la Vega no ha perdido la confianza de José Luis Rodríguez Zapatero y aunque admiten que tanto la estructura gubernamental ideada por el presidente en abril de 2008 como la elección de algunas personas se ha demostrado errónea, dudan de que los dos vicepresidentes puedan caer al mismo tiempo.