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Y GOL. Brian Sarmiento celebra por todo lo alto el tercer tanto del partido que supuso la victoria final. / ALEJANDRO GÓNGORA
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Milagro en la isla

El Xerez tapó con una victoria en Las Palmas uno de los peores partidos del año Sarmiento, con una gran jugada individual, rubricó la remontada xerecista

SALVA GALVÁN
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«Se nos apareció la Virgen». Aquella frase de Amaral, técnico del Salamanca, tras la victoria de su equipo ante el Xerez sirve perfectamente para explicar el triunfo del Xerez Deportivo en el Estadio de Gran Canaria, un terreno de juego en el que los azulinos realizaron uno de los peores partidos de la temporada, pero del que se llevaron tres puntos que pueden ser decisivos en la lucha por el ascenso. El triunfo, además, es especialmente significativo porque se tuvo que remontar un resultado adverso, porque Las Palmas dio un auténtico repaso a los xerecistas, y porque el Tenerife apretaba y trataba de robar el liderato con su victoria en El Helmántico (el Tenerife lograba el tanto de la victoria en el mismo minuto que Las Palmas anotaba el 2-1 y durante 35 minutos el liderato estuvo en poder de los chicharreros). Pero la fe del Xerez fue lo único positivo y lo que les permitió superar un durísimo escollo, pues a base de convicción, una tremenda jugada individual de Sarmiento y cantidades industriales de fortuna, el Deportivo sumo tres puntos ante un digno rival como Las Palmas.

Cambios

Esteban Vigo repetía la dinámica de las últimas semanas: mantener la lista de convocados pero realizar variaciones en un once en el que esta vez salió de inicio Antoñito y Álex Bergantiños en detrimento de Brian Sarmiento y Jorge Luque. Parece que el cordobés no ha terminado de convencer a un entrenador xerecista que pensó en Álex Bergantiños para resolver los problemas defensivos. Y es que los tres tantos encajados ante la Real Sociedad hicieron mucho daño en un equipo que sólo en tres ocasiones ha recibido más de dos goles (empate a tres en Vallecas; victoria 5-3 con el Murcia; y derrota 1-3 ante el conjunto vasco). La entrada de Bergantiños reforzaba -en teoría- la solidez defensiva, pero al mismo tiempo se perdía creatividad para la conexión con la delantera. El gallego realizó su habitual demostración de trabajo y sacrificio en favor de un equipo que todavía no parece confiar en Álex de la misma manera que cree en Viqueira. El joven llegado del Deportivo de La Coruña tiene dos tanques de gasolina y le da para robar en la zona ancha, llegar desde atrás al área rival y ofrecerse constantemente en el inicio de la jugada. Pero a diferencia de lo que ocurre con Emilio Viqueira, el referente en el campo al que mira todo xerecista, cuando es Álex el que la pide, tiene que comprobar muchas veces como se convierte en la opción desechada.

Antoñito, la otra novedad de la alineación, arrancó bien el encuentro, pues tres meses después se reencontró con el gol. El sevillano esperó al minuto ocho de partido para presionar a Juanpa, robarle el esférico con la espuela -gorrito incluido-, controlarla con la cabeza y cruzársela a Santamaría.

El Xerez se adelantaba en el marcador, pero no rompía la dinámica ofensiva de un conjunto canario que a cada acercamiento a la puerta defendida por Chema creaba más peligro. Y es que a pesar de que el gol lo habían puesto los azulinos, Las Palmas se había encargado de llevar el buen fútbol al estadio de Gran Canaria. Los de Esteban sólo salieron de la cueva para marcar, y poco más asomaron durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Mientras, los de Javier Vidales se sentían especialmente a gusto asentados sobre el campo azulino.

Las llegadas eran constantes, y para colmo los puntales defensivos del Xerez no se mostraban especialmente seguros. Chema comenzó a crear incertidumbre al escurrírsele un centro que tuvo que acabar solucionando el barbateño Francis, y Aythami olvidó su solidez defensiva ante la velocidad de Siro Darino.

Fallo en cadena

Las Palmas logró empatar cuando el reloj estaba a punto de alcanzar la media hora. La defensa xerecista no fue capaz de impedir que Marcos Márquez remachara un centro que Darino amortiguó para que el sevillano fulminara a Chema.

El gol de los canarios terminó de relanzar un partido que ya no bajaría de revoluciones. Las ocasiones se sucedían en la portería de Chema y el colegiado no dio validez a un tanto de Pedro Ríos por fuera de juego de Mario Bermejo, pero tras la reanudación el ritmo alcanzó la locura. Las Palmas gozó de una clarísima ocasión antes de lograr darle la vuelta al marcador. Remontada que logró gracias a un libre directo de Pitu sencillamente imparable. El jugador amarillo le pegó por encima de la barrera para colocarla en el fondo de la portería tras pegar en el larguero. Bermejo había tenido el gol en sus botas minutos antes y casi en la línea de gol, pero le había faltado el acierto que Pitu mostró desde unos 25 metros.

El marcador empujó a Esteban a sacar todo el material ofensivo: retiró del campo a Silva -con cartulina amarilla- para atrasar la posición de Moreno e introducir a Abel en el medio centro. También quitó a Momo, muy cansado, para dar entrada a un Brian Sarmiento que resultaría decisivo para que el Xerez se llevara los tres puntos.

Antes de la gran aparición del argentino, Jesús Mendoza inició, por enésima vez, la jugada que acabaría en el tanto del empate. El jerezano puso la bola dentro del área y Currito se la cedió a un Antoñito que la mandó al fondo de la portería. El ariete sevillano soltó la pierna y contó con doble dosis de fortuna, pues el cuero entró tras rebotar en el bosque de piernas del área chica.

Pero la fe no se acabó ahí. Ni la amarilla, ni la azulina, pues los xerecistas aprovecharon precisamente las urgencias y la necesidad de victorias de Las Palmas. Brian recogió un rechace y firmó su gran jugada. Currito arrancó con mucho campo por delante, con espacios, como más disfruta el argentino, dejó un par de recortes y batió por bajo a Santamaría desatando la locura en un Xerez Deportivo que se llevaba sin merecimiento tres puntos cuando podría haber vuelto a tierras jerezanas con una importante goleada bajo el brazo.

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