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HUNDIDO. El San Fernando debe levantarse en Roquetas. / R. RÍOS
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El San Fernando necesita un milagro en Roquetas

Los azulinos no pueden permitir que su rival se distancie del descenso Fali Montes no ha podido entrenar por la huelga de los jugadores isleños

RAÚL ESTÉVEZ
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La evolución del San Fernando durante la presente temporada lleva el ritmo de las antiguas tragedias griegas. Un inicio luminoso, esperanzador; un nudo en el que todo se complica y donde aparecen oscuros nubarrones en el futuro de todos los personajes y... queda el final. En las tragedias griegas (como en las películas de Tarantino) suele morir hasta el apuntador.

Canito, el gran capitán isleño hasta que ha tenido un equipo que capitanear, ya avisó esta semana que el futuro del San Fernando estaba pendiente de un milagro. El destino tiene al club isleño en sus manos como la cohorte de dioses griegos manipulaban las vidas de los ciudadanos del Peloponeso.

Los azulinos viajan (han viajado por los pelos) a Roquetas a buscar el milagro, como el que va a Lourdes o a Fátima. Es casi la última oportunidad de los isleños. El Roquetas no es el equipo más sólido de la categoría. Está a sólo cuatro puntos y ganarle en su feudo sería como agarrarlo del cuello mientras te hundes en el inframundo de la Tercera División. Al final pueden acabar condenados los dos, pero es la última esperanza y al menos te presentas ante Hades con un compañero. Mal de muchos.

Fali Montes ha entrenado con sólo dos jugadores toda la semana. Canito y Lionnel Frank. La huelga ha dejado a los demás en sus casas, pensando en cómo pagar las facturas.

Así, que Canito y Lionnel serán titulares. El resto del equipo será parecido al que perdió ante el Guadalajara en casa, que fue el flechazo en el talón de Aquiles de un equipo que de varias semanas a esta parte es todo talón.

El San Fernando es vulnerable y lo saben los jugadores y lo sabe el Roquetas. Los aficionados también lo saben. Y la directiva. Pero siempre queda el milagro, que te toque la quiniela cuando estás harto de todo.