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« Antonio Mingote «Desgraciadamente, no tengo gracia»
-¿Se siente orgulloso de una carrera tan larga?
Actualizado: Guardar-No tiene mucho mérito. Todo consiste en tener paciencia; al final, siempre llegas a ser viejo. ¿Satisfecho? Ya te contaré. De algunas cosas sí, de otras, no. De haber cumplido con mi deber, sí.
-¿Qué diferencia hay para usted entre hacer humor y estar de broma?
-Se puede estar de broma y hacer humor buenísimo y malísimo. La broma está bien, si se hace bien. El humor puede ser gracioso o no ser gracioso. De todas maneras, me parece una pedantería horrorosa hacer definiciones.
-¿Es más reprobable el fanatismo o la cursilería?
-Detesto las dos igual. Son las dos caras de una misma moneda. Las aborrezco con la misma furia.
-¿Cuál es su sueño además de ilustrar el Quijote?
-No puedo decir que haya pasado la época de mis sueños, pero no tengo ninguno en concreto ahora.
-¿Considera eso de que la izquierda tiene generalmente más o menos gracia que la derecha o están ambas igualmente dotadas?
-Tradicionalmente se ha dicho que los humoristas están en la derecha, lo cual es mentira. Fue Aristófanes el que tiene la culpa de esa calificación. Pero hay gente con humor en la izquierda, en la derecha y en todos lados, como es lógico. Porque es una tontería. Detesto los tópicos que atribuyen una virtud a los de una región, oficio o idea. En todos los sitios está el bien, el mal y el regular.
-¿Es usted un hombre con gracia?
--Desgraciadamente no tengo gracia. No soy graciosamente cómico en absoluto. La gracia tiene otro significado. Está la gracia de hacer las cosas bien.
-¿Qué no sabe nadie de usted?
-No ignoran nada que valga la pena. Alfonso Ussía, que hace mi biografía, dice que voy todas las tardes en bicicleta desde San Pedro de Alcántara hasta Ronda. La gente no sabe que hago eso, porque es una mentira.
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