«Los niños que duermen mal arrastran el problema toda su vida»
Director de la Clínica del sueño Estivill del Instituto Dexeus, este conocido doctor está especializado en corregir los trastornos del descanso
Actualizado: Guardar-¿Qué efectos académicos y físicos puede tener la falta de sueño en los jóvenes?
-Los estudios demuestran que la falta crónica de sueño que padecen los adolescentes afecta a la concentración, a la memoria y al estado de ánimo. El mayor problema es la somnolencia diurna que padecen: es una somnolencia crónica que no les permite atender en las primeras horas de la mañana. Está demostado que los que van más cortos de sueño tienen fracaso escolar.
-Un joven que duerme poco, ¿tiene más posibilidades de convertirse en un adulto con problemas de sueño?
-No sólo los jóvenes, sino incluso los niños que duermen mal de pequeños arrastran los problemas toda su vida. Serán adultos con problemas de sueño y muy a menudo consumidores de fármacos. Los estudios científicos demuestran que del 30 % de los adultos que duermen mal, al menos el 80% ha tenido problemas de sueño desde pequeños.
-Las nuevas tecnologías de ocio (mp3, portátiles, móviles), ¿perjudican el descanso de los jóvenes?
-Totalmente cierto. Todos estos estímulos, además de aislar a los jóvenes y hacer que exista poca comunicación con los padres y amigos, limita sus horas de sueño y condicionan su rendimiento el día posterior. Durante el sueño se producen procesos de restauración y reparación de lo que necesitamos para tener una buena jornada. El sueño es la fábrica de nuestro día.
-¿Qué pueden hacer los padres para corregir esa falta de descanso de sus hijos?
-Es muy difícil en la sociedad actual. El joven menosprecia el sueño, piensa que es una pérdida de tiempo. Obligarles sólo conduce a malestar familiar. Hay que hablarle, darle datos científicos de las consecuencias de su mal dormir y procurar que se acuesten antes, pactando las horas de sueño.
-¿Cuándo hay que acudir a un especialista?
-Cuando el joven tiene problemas para dormir antes de las dos o tres de la mañ´ana, lo que conocemos como retraso de fase.