Cuadro de instrumentos del Peugeot 206+.
Sociedad

Fácil de conducir y de agradable comportamiento

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n aspecto que merece la pena destacar del 206+ es la buena forma de los asientos, que recogen bien a sus ocupantes. El salpicadero tiene un buen diseño y frente al pasajero, en la parte baja, ofrece una razonable guantera. El cuadro de instrumentos es claro y suficientemente completo. Los ocupantes del asiento posterior disponen de mayor espacio para las piernas, así como de mayor anchura para sus codos. La de altura de techo en las plazas posteriores es algo justa, como en el 206. Nuestra toma de contacto la realizamos con el motor diésel de 90 caballos. Responde bien cuando se le solicita recuperarse de velocidades bajas en marchas largas, por lo que su conducción en tráfico urbano resulta cómoda y relajada. Es en carretera, al forzarle un poco en marchas intermedias -en algún adelantamiento, por ejemplos, cuando muestra alguna resistencia a subir de régimen-. Con respecto al cambio de cinco marchas, resulta preciso y relativamente suave en su manejo. Y el embrague es muy progresivo. El vehículo presenta un buen aislamiento de la mecánica, tanto en lo que se refiere al ruido como a las vibraciones. También quedan muy bien filtrados los ruidos que generan la rodadura y los de origen aerodinámico cuando se circula rápido. Para el tráfico urbano es ideal, y la verdad es que se mueve de una forma muy ágil por cualquier tipo de zona. La dirección tira a blanda y no es complicado moverla con una sola mano. Los frenos son potentes y eficaces, con un tacto de pedal de esos ligeramente firmes pero que permiten dosificar perfectamente el esfuerzo de frenada que se requiere en cada momento. Para circular a un ritmo legal y normal, el 206+ va perfectamente bien y no tiene nada que envidiar a otros rivales de su categoría.