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Chávez retoma el plan de nacionalizar el banco filial del Santander en Venezuela
Los analistas vinculan el anuncio a las dificultades económicas por la caída del precio del petróleo
Actualizado: GuardarEl presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha retomado su propósito de nacionalizar el Banco de Venezuela, filial del grupo Santander. El mandatario bolivariano aseguró que nunca había dado marcha atrás en ese proyecto, dado a conocer durante el verano de 2008 aunque después pareció arrumbado, y afirmó que la medida servirá para «reforzar el sistema público bancario e impulsar las políticas de desarrollo económico y social en curso». «Nuestro compromiso es con el pueblo», proclamó en línea con su habitual discurso populista.
Chávez hizo estas afirmaciones durante una intervención en el canal estatal Venezolana de Televisión, en la que aseguró que el proyecto seguía vigente. Los analistas económicos ya esperaban actuaciones de este tipo, porque la caída del precio del crudo está drenando recursos de las arcas públicas. También daban por descontado que el Gobierno iba a emprender una serie de acciones nacionalizadoras y de recorte de los poderes regionales tras el éxito obtenido en la consulta que le permite prolongar su mandato. Según estas mismas fuentes, el anuncio respecto a la entidad filial del Santander se inscribe en la estrategia de «enviar mensajes» a todos los sectores sobre la capacidad de control del Ejecutivo. De hecho, en las últimas semanas se han producido anuncios similares sobre una planta de la multinacional alimentaria estadounidense Cargill o con Polar, una de las empresas privadas más potentes de Venezuela.
El anuncio no hizo mella, en cualquier caso, en el ánimo de los inversores españoles. La acción del Santander, que sufrió fuertes oscilaciones durante la jornada en el mercado de valores, cerró finalmente sin cambios a 5,20 euros. Las bolsas parecen tener asumido que el Banco de Venezuela saldrá, antes o después, de la órbita del gigante bancario español. Ahora resta saber a qué precio.
La decisión de nacionalizar el Banco de Venezuela ha sido tomada por el Ejecutivo «para garantizar el bienestar de toda la población en materia económica», aseguró un funcionario del Gobierno bolivariano, que cifró en 400 millones de dólares las ganancias anuales de la entidad. Destacó que su extensa red de sucursales repartidas a lo largo y ancho del país permitirá aplicar una estrategia de microcréditos y ayudas financieras. La entidad cuenta con 270 oficinas y 5.800 empleados. Su cuota es del 11,6% en los créditos concedidos y del 11% en los depósitos.
Intervención
Hugo Chávez dio a conocer el 31 de julio de 2008 su intención de hacerse con el Banco de Venezuela. «Lo estaban vendiendo sus dueños españoles», aseguró entonces el mandatario, que hizo un llamamiento al Banco Santander para «empezar a negociar». Aquel anuncio no fue una sorpresa, porque el presidente ya había dispuesto en los dos años precedentes la nacionalización de las compañías de telecomunicaciones, electricidad, siderurgia y cementeras.
El Santander reconoció entonces que tenía previsto vender Banco de Venezuela a un grupo inversor privado del país, y que con este fin se habían alcanzado ciertos compromisos sin que finalmente cuajara un acuerdo. Medios financieros identificaron al inversor privado como el financiero latinoamericano Víctor Vargas, propietario del Banco Occidental de Descuento. Chávez se habría apresurado a sacar a la luz la operación para llevarla a cabo en otro momento, y aunque en las siguientes semanas hubo noticias de conversaciones entre el banco español y funcionarios venezolanos, e incluso se habló de «un buen clima», posteriormente se hizo el silencio.
El Banco de Venezuela fue privatizado en 1994 y Santander se hizo primero con el 80% del capital por el procedimiento de subasta mediante el pago de 300 millones de dólares. En sucesivas operaciones alcanzó casi el 100% capital tras llevar a cabo una inversión total de 350 millones de euros. Antes de la crisis financiera internacional que sacude al sistema, los expertos llegaron a valorar la entidad en unos 1.500 millones de euros.
Aunque Banco de Venezuela ha mantenido una trayectoria saneada, el grupo bancario español demandó en numerosas ocasiones un incremento de la seguridad jurídica en el país para mejorar su funcionamiento, y consideró la posibilidad de desprenderse de esa propiedad. Ya en el año 2007 el presidente del Santander, Emilio Botín, explicaba los riesgos de la filial y reconocía que los acontecimientos políticos incrementaban la posibilidad de que el Gobierno venezolano pudiera nacionalizar o, alternativamente, intervenir, en la operatoria del banco. En las últimas presentaciones de resultados se daba por hecho que Banco de Venezuela era un activo en venta a la espera de los acontecimientos.