La FIA da marcha atrás

Tras las críticas de los pilotos, la Asociación de Equipos (FOTA) emitió ayer un durísimo comunicado en el que acusó a la FIA de actuar contra su propia normativa a al cambiar el sistema de puntuación del campeonato. Según los equipos, el artículo 199 del Código Deportivo Internacional de la propia FIA establece que «los cambios en las normas deportivas y en lo referente a todas las demás regulaciones deberán ser publicadas al menos 20 días antes de la fecha de inicio del campeonato». El cambio del sistema de puntuación (la FIA decidió que el campeón del mundo fuera el piloto que más carreras ganase y no el que más puntos sumase) se hizo oficial el martes, sólo 11 días antes del arranque del campeonato, en Australia, el próximo sábado 28.

El comunicado de la FOTA impactó como un torpedo en la FIA, que vio cómo se le complicaba peligrosamente el arranque de la temporada. Así que alguien decidió cortar la tormenta por lo sano y, apenas un par de horas después del comunicado de los equipos, los rectores del circo anunciaban que van a estudiar el aplazamiento de la polémica medida hasta el año 2010. Y, lo más llamativo, que las decisiones se tomarán de acuerdo con la FOTA, a la que se había hecho caso omiso en todo este asunto. Hasta este viernes, claro.

Lo que es evidente es que en breve, con toda seguridad antes del sábado, FIA y FOTA llegarán a un acuerdo para que en 2009 todo siga igual, es decir, que sea campeón el más regular. Y a partir de ahora, visto quién va a ganar el pulso, está claro que se va a tender a la propuesta de los equipos, esto es, que puntúe más el ganador (12 puntos en lugar de los 10 actuales).

Lo cierto es que la FOTA no hizo más que oficializar el malestar de equipos y pilotos. El único que se alineó con la FIA fue el patrón de Fernando Alonso, Flavio Briatore, que mostró públicamente su apoyo a la polémica decisión. Todo lo contrario que el bicampeón español. Especialmente duro fue el viernes, antes de esta guerra de comunicados, el actual campeón del mundo, el vigente campeón Lewis Hamilton, que tachó la decisión de la FIA como «una auténtica vergüenza».