No llores por mí Argentina
Que bastante tienes con la que se te viene encima. Los argentinos andan desconcertados porque la crisis, aún, no ha aparecido por allá, incluso un poco celosos de que, por una vez, no sean ellos los que tengan la crisis mas grande y dura del planeta. Pero algo se está barruntando porque la disidencia K toma cuerpo y el peronismo mutante vuelve a conseguir, una vez mas, concitar el rechazo unánime de los argentinos, apenas un año después de haber elegido presidenta a la señora del señor Kirchner. Argentina en estado puro, como el bife de chorizo, sólo allá se entiende esa reiterada afición por elegir presidentas a las mujeres de los ex presidentes, pasó con Evita y vuelve a suceder con Cristina. Encontrar hoy en Argentina, entre la gente informada, un peronista entusiasta es tan difícil como ver un optimista por aquí, si exceptuamos a Pepiño Blanco.
Actualizado:No es fácil conocer una Argentina diferente de la que te presentan Buenos Aires y sus simpar ciudadanos. Es un país que convierte en mitos a quienes sólo son futbolistas, que es capaz de vivir una semana pendiente de la polémica entre Maradona y Riquelme y que saca pecho para decir con orgullo que son argentinos, pero que a la hora de la verdad se echa de menos un mayor compromiso, o sea, más o menos como aquí. Un país de conversadores compulsivos a los que faltan horas al día para expresar su descontento y un país en el que todos critican el lema que preside la vida de la nación: Dios está en todas partes, pero recibe en Buenos Aires, pero pocos están dispuestos a luchar en serio para que Dios reciba también en el resto de las provincias. Criticar el statu quo al tiempo que se convive pacíficamente con él, es una de las especialidades de allí. Como aquí.
Un ratito allá basta para entender porque Argentina es la patria de psicólogos sociólogos, sólo con mucho de esto consiguen conciliar sus mitades española e italiana. El sentido trágico de la vida con el cómico. El resultado es, mirado por su lado malo, un personaje ecléctico, irónico, un enterao con estilo, que usa su mitad española para el ocio y la italiana, del sur, para el negocio. Así les va. Por su lado bueno, el argentino es hospitalario, culto, conversador, generoso e íntima, muy íntimamente, feliz, aunque se niegue a reconocerlo.
El interior del país, solo fugazmente intuido, da muestras de un aspecto económicamente saludable, a pesar de los Kirchner, pero nada de eso parece importar, solo es importante saber quien ganará las elecciones en el distrito de Matanzas, el más pobre y populoso del Gran Buenos Aires, porque quien gane allí, también lo hará en Buenos Aires y por extensión en el resto de la nación. Los Kirchner lo saben, por eso les regalan heladeras a los matanceros.
Las argentinas, como el bife, impresionantes, tanto en la versión Gabriella Sabatini como en la modalidad Trillizas de Oro. Últimamente han decidido ignorar a Newton y sus leyes, por delante y por detrás. Tanto que creo que la cirugía estética es la industria con mas futuro del país. Cuentan allá que las keli de aquí se sacan un billete baratito en Aerolíneas y por cuatro pesos, es un decir, se hacen un avío importante.