Fallece el histórico ex dirigente del PNV Gorka Agirre
En 2006 fue interrogado por el juez Grande Marlaska por sus contactos con uno de los responsables de una red de extorsión de ETA desarticulada por la policía
BILBAOActualizado:El ex dirigente del PNV Gorka Agirre Arizmendi ha fallecido hoy,a las seis de la mañana, tras una larga enfermedad, a los 60 años. Formó parte de la Ejecutiva (Euskadi Buru Batzar) del PNV desde 1988 hasta 2008 y fue el responsable de la relaciones internacionales de este partido, además de jugar un importante papel como mediador ante ETA y su entorno.
Agirre nació el 16 de marzo de 1949 en Amberes (Bélgica) en el seno de una histórica familia nacionalista en el exilio. Era sobrino del primer lehendakari, José Antonio Aguirre, y yerno del ex consejero de Interior Luis María Retolaza.
Comenzó desde muy joven a militar clandestinamente en el PNV. Se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad de Lovaina y en el final del franquismo trabajó desde el País Vasco francés en una imprenta-editorial "tapadera" del PNV. Allí conoció de primera mano a las primeras generaciones de militantes de ETA exiliados. Esto, unido a su condición de trilingue, motivó que desde muy pronto se responsabilizase de las relaciones internacionales del PNV.
Hombre de confianza de Arzalluz
Agirre fue hombre de confianza de Xabier Arzalluz, a quien acompañó en gran parte de sus viajes internacionales, y hacia quien mantuvo una actitud de permanente lealtad correspondida por el ex presidente del PNV.
En 1980 Arzalluz y Agirre se reunieron en el Club de Golf de Biarritz con tres dirigentes de ETA: Txomin Iturbe, Josu Ternera y Eugenio Etxebeste, Antxón, cuando el Estatuto de Gernika acababa de ser aprobado y los jefes de la banda querían que el PNV renunciara a él y cerrara filas con la organización terrorista. No hubo acuerdo y aquel desencuentro consumó una ruptura cuyos efectos se han prolongado a lo largo del tiempo.
Años después, en 1992, junto a los dirigentes del PNV Joseba Egibar y Juan Mari Ollora, mantuvo una ronda de conversaciones con HB que no condujeron a ningún acuerdo. Seis años más tarde volvió a participar en las negociaciones con ETA y HB que condujeron a la tregua de 1998 y al Pacto de Lizarra.
Político discreto y poco amigo de declaraciones públicas, Agirre ha sido uno de los que mejor ha conocido los entresijos de ETA dentro de su partido, y prueba de ello es la carta pública que escribió en 1993 con motivo del asesinato de su amigo personal el sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, donde desveló que Miguel Albizu Iriarte, "Mikel Antza", hasta entonces poco conocido por las FSE, era la cabeza del "aparato político" de ETA tras la caída de José Luis Alvarez Santacristina, "Txelis".
Casado con Usune Retolaza y padre de tres hijos, Usoa, Jon y Joseba, durante varios años sus artículos semanales sobre la evolución de la izquierda abertzale aparecieron en el diario Deia bajo el seudónimo 'J. Txindoki'.
Imputado como intermediador con ETA
Sus contactos con ETA le ocasionaron problemas judiciales en 2006, cuando, tras una operación que desmanteló una de las redes de extorsión de ETA, tuvo que comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional Grande-Marlaska por un presunto delito de colaboracion con banda armada por su presunta intermediación en el pago extorsión a empresarios.
El ex líder del PNV Xabier Arzalluz reconoció ante el mismo magistrado que era posible que en el desempeño de su labor de mediación entre su partido y, ETA éste hubiese realizado "funciones de intermediación" con la banda en casos de secuestro. Arzalluz también dijo que "cuando llegaba remitida por alguien una misiva de extorsión" se le entregaba a Agirre "para que estudiara si era verdadera o falsa", dado su grado de conocimiento del grupo armado derivado de su estancia en el exilio.
Grande Marlaska basaba su acusación en tres "pinchazos" telefónicos efectuados a Agirre en noviembre de 2004 y abril y mayo del 2006. Una de aquellas conversaciones intervenidas fue con el supuesto jefe de la red de extorsión de ETA en España, Joseba Elosua. En uno de los diálogos en clave, de acuerdo a la policía, se hablaba de supuestas entregas de dinero y cartas amenazantes referidas como "vino" y "botellas".
Al parecer, Elosua comunicó a Agirre que la cúpula de ETA había ordenado poner fin al envío de cartas de extorsión a empresarios y le pedía que le avisase en el caso de que descubriera que seguían llegando misivas reclamando el llamado "impuesto revolucionario". Dos días después, ambos se citaron en el bar Faisán de Irún, propiedad de Elosua.
Para poder permanecer en libertad, Agirre tuvo que depositar una fianza de 30.000 euros, cifra que fue rebajado a 12.000 por Baltasar Garzón, que sustituyó a Marlaska. Dos años después, en mayo de 2008, compareció ante Garzón para negar que entregara a ETA 54.000 euros procedentes del chantaje a dos empresarios navarros en abril de 2006 y afirmó que él "siempre" había recomendado "hacer frente al chantaje etarra". En octubre de ese año, Garzón finalmente retiró los cargos contra Agirre.
La capilla ardiente por el histórico dirigente tendrá lugar mañana entre las once de la mañana y las cinco de la tarde en la sede del partido en Bilbao, Sabin Etxea. El funeral en su memoría se celebrará el lunes en la iglesia de San Vicente de Abando.