BUSCANDO APOYO. Inmaculada y Lidia recogieron ayer firmas entre los viandantes y muchos se solidarizaron con ellas. / CRISTÓBAL
Jerez

La cruzada de Inma y Lidia

Las dos mujeres pasaron ayer su segunda noche a la intemperie frente al Ayuntamiento esperando a que «alguien se digne a escucharnos»

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Inmaculada González y Lidia Florido llevan dos noches durmiendo, literalmente, en la calle Consistorio. Instaladas frente al Ayuntamiento, esperan a que «alguien del Gobierno local se digne» a recibirlas. Aunque se muestran agradecidas y amables con todo el que se les acerca, la situación es tensa y una ambulancia tuvo que atender a primera hora de la tarde de ayer a Inma, que sufrió un ataque de ansiedad. «Pasamos muchos momentos de nervios, pero no vamos a perder la paciencia», aseguró Lidia poco tiempo después del incidente.

Tras pasar una noche «con frío», las dos mujeres se apresuraron ayer a recabar apoyos de los jerezanos y, a las puertas del Ayuntamiento, recogieron firmas: «Muchos se han ofrecido a llevarse las hojas y traerlas rellenas de firmas. No sé cuántas habrá exactamente pero son muchas», dijeron orgullosas.

Inma, desempleada, vive con sus hijos en un piso de la avenida León de Carranza y dentro de diez días se enfrenta a una orden de desahucio porque en los últimos meses no ha podido cumplir con el pago del alquiler. Lidia, por su parte, ha ocupado ilegalmente una vivienda deshabitada en la barriada de San Juan Dios. Las dos se reunieron el miércoles con el delegado de Vivienda e Infraestructura, Antonio Fernández, y a ninguna les convenció su postura. «Vamos a seguir aquí. Deben darnos una solución antes del fin de semana y, si no es así, dormiremos en la calle el sábado y el domingo, si hace falta», aseguró Inma con convencimiento.

Sin dudas

Lidia se unió a su decisión con contundencia: «No voy a rendirme hasta que alguien me escuche». En su segunda jornada acampadas en la calle Consistorio, las dos mujeres recibieron la visita de los concejales Joaquín del Valle (IU) y María José García-Pelayo (PP). «Ella nos ha ofrecido que vayamos a dormir a la sede del Partido Popular. Aunque no hay camas, estaríamos bajo techo y dispondríamos de un aseo. Se lo hemos agradecido y le hemos dicho que no, porque sería lo mismo que rendirnos aunque volviéramos a colocarnos frente al Ayuntamiento a las ocho de la mañana», explicó Lidia.

Pero los políticos que más les interesan, los que tienen responsabilidades en el Gobierno local, no han vuelto a ponerse en contacto con ellas. Mientras, las dos mujeres han hecho frente común y comparten esfuerzos. «La Policía se está portando muy bien con nosotras y los trabajadores del bar también», explicaron.

«Algunos creían que dos mujeres no íbamos a aguantar como los hombres y es al contrario. Aguantamos más y, si es por un techo para los hijos, con más motivo», añadieron convencidas dos mujeres a las que los reveses del día a día las han unido en una lucha común.

vmontero@lavozdigital.es