De la cordialidad al escándalo en sólo 86 días

ordial y cercana. Así se puede definir la corta estancia de Joaquín Bilbao en el sillón presidencial del Xerez. El ya ex mandatario azulino fue la sorpresa de Joaquín Morales. LA VOZ lo adelantó el 22 de noviembre y un mes después el abogado tomaba cargo de un puesto vacío desde la dimisión del empresario de Dos Hermanas. Ayer, 86 días después, un escándalo llevaba a Bilbao a dimitir. Desde su entrada el 22 de diciembre, el mandato del jerezano ha estado marcado por la cercanía de sus declaraciones. Algunas veces subidas de tono (recordar el caso del fichaje del portero o las aspiraciones de ascenso a Primera División), lo cierto es que Bilbao Nadal entró para ayudar y sale necesitado de ayuda. Ha llevado a cabo numerosas reuniones para evitar embargos, ha pacificado las complicadas relaciones entre el club y el Ayuntamiento y hasta ha conseguido que el presidente de la Diputación de Cádiz, Francisco González Cabaña, presenciara en el palco de Chapín un partido del Xerez.