Sociedad

'Man on Wire', un Oscar por un brillante ejercicio de equilibrio documental

Ganadora del Oscar al mejor documental, Man on Wire, de James Marsh, es la enérgica y poética recreación de la aventura de Philippe Petit, un hombre que lucha por un sueño aparentemente imposible: cruzar las Torres Gemelas de Nueva York en un ejercicio de funambulismo. Fue apodado el crimen artístico del siglo y sucedió el 7 de Agosto de 1974, un día antes de la dimisión de Richard Nixon. A 411 metros de altura y durante cuarenta y cinco minutos, Petit firmó su pasaporte a la inmortalidad, aunque tuviera que dividir su éxito entre la cárcel y al posterior análisis psiquiátrico y la ovación del público.

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El cineasta James Marsh, que ha practicado el documental y la ficción, fulmina las barreras de ambos géneros y aplica su brío y sus a veces dudosos recursos para recrear los acontecimientos en dos caminos paralelos y complementarios. Por un lado Man on Wire toma prestado el ritmo narrativo de las películas más sofisticadas y lo utiliza, con un resultado sólido y ameno, casi colindando con el thriller, para narrar la puesta en marcha del sorprendente proyecto. Por otro, analiza someramente -una lástima que no profundice más- la fascinación que crea un hombre capaz de abstraerse de la lógica con tal de superar su sueño, aunque sea ilegal. No sólo por la clarividencia en su interior, sino por el magnetismo que crea.