Nueve de cada diez hipotecas en la provincia no se beneficiarán de toda la rebaja del Euríbor
La mayoría de los bancos aplica un tipo de interés de mínimos que no recoge la bajada real del índice Las asociaciones de consumidores denuncian una práctica «abusiva», pero con cobertura legal
Actualizado:Reunimos en una misma sala a diez familias gaditanas con una hipoteca a cuestas y le contamos lo siguiente: El Euríbor, índice que fija la práctica totalidad de los préstamos por la adquisición de una vivienda, cumplió ayer su cuarto día consecutivo en mínimos históricos y hoy mismo podría caer por debajo de la barrera psicológica del 1,9%. El fin de la caída ni se vislumbra y las matemáticas aseguran que las revisiones que se hagan ahora de los créditos (algo que ocurre cada seis o doce meses) deberían conllevar una rebaja de entre 200 y 300 euros en la cuota mensual (para un valor prestado medio de 150.000 euros).
Obviamente, las diez familias se pondrán muy contentas, pero sólo una de las diez podrá sonreír por completo cuando se les pida que miren con lupa el contrato que firmaron ante notario con su entidad financiera. Según Ausbanc, la asociación nacional de usuarios de banca, el 90% de los créditos de vivienda suscritos en la provincia incluyen una cláusula por la que el tipo de interés que se aplica al préstamo no bajará de cierta cantidad por mucho que el Euríbor sí lo haga. Para esta desagradable figura no existe en esta ocasión un nombre técnico ni complicado. Se le llama, directa e ilustrativamente, suelo. Su existencia es la culpable de que se les hiele la sonrisa a nueve de nuestras familias.
Lo que demuestra que la medida no es ninguna excepción. «Prácticamente, todas las hipotecas contemplan de alguna forma un suelo y un techo, con la diferencia de que el techo es tan elevado que nunca nos podremos beneficiar y el suelo es más fácil de tocar», explica Jesús Yesa, responsable provincial de la organización de consumidores Facua.
Diferencias de 100 euros
Porque otra de las características de estos suelos es que no es el mismo en todos los casos o en todas las entidades. Es más, un mismo banco puede establecer distintos límites a distintos clientes. «Lo más común es que se mueva entre el 2,5% y en tasas cercanas al 5%. Por ahora, nosotros nos hemos encontrado con un tope del 4,6%», señala Rafael García, abogado de Ausbanc para Andalucía occidental.
Con estos parámetros, y volviendo al estándar de un préstamo de 150.000 euros a 25 años y con un diferencial de 0,5 para sumarlo al Euríbor, la revisión que tocaría en marzo del índice dejaría un interés del 2,4%, que abarataría la letra en unos 215 euros al mes (de 885 a 670 euros)
Eso, en lo que respecta al prototipo sin cláusula especial. Calculadora en mano a partir del mismo modelo, aquellos que carguen con un suelo del 3% tendrían que contentarse con un pago mensual de 711 euros una vez hecha la revisión, unos 40 menos de lo que les correspondería si se le aplicara la bajada completa del Euríbor. A los que se les endosara un 4% de mínimo, el descenso en la cuota se quedaría en 791 euros, 120 euros de más. Y así por cada ejemplo que se pueda imaginar.
«No parece muy razonable que si los tipos de interés oficiales están al 1,5% y el Euríbor al 1,9%, las familias paguen sus préstamos con un recargo real del 4%; sobre todo, porque los bancos sí se prestan entre ellos según el Euríbor y, por lo tanto, se aprovechan de la situación», critica Miguel Ángel Ruiz, responsable de la Unión de Consumidores de Cádiz.
Reclamaciones
Jesús Yesa, de Facua, va más allá: «Cada vez que hay descensos en los indicadores los medios hablan de grandes descuentos en las hipotecas y luego nos llegan familias lamentándose de que a ellos sólo se les ha quitado unos 15 ó 20 euros en la última revisión». Precisamente, las organizaciones de atención al consumidor en la provincia reciben en estos días a decenas de ciudadanos que denuncian una presunta violación de sus derechos en sus relaciones con el banco o la caja de ahorros de su hipoteca.
«Lo malo es que las cláusulas son legales», conceden Yesa y Ruiz, que recuerdan a continuación que los contratos fueron firmados de conformidad entre empresa y particular y con sello notarial. «No estoy tan seguro de que sea legal», matiza de inmediato García, de Ausbanc. Los especialistas en lidiar con las entidades financieras apuntan que «no porque algo aparezca en un contrato lo convierte en legal y lo que sí parece a todas luces es que se está imponiendo una práctica abusiva». A este respecto, se anima a los consumidores a reclamar ante su banco y a intentar cambiar las condiciones.
¿Llegar a la justicia? Por lógica, el proceso sería muy caro y largo, pero Ausbanc rememora que los tribunales ya dieron la razón a los consumidores por varias decisiones que eran legales en principio y que el Banco de España aceptaba: las comisiones por impagos y los redondeos hacia arriba en la aplicación de los tipos. «Con estos dos casos pasaba algo similar, que eran admitidos pero todos sabíamos que suponían un abuso», indica García. Para terminar, y si se quiere aclarar hasta qué punto un suelo es exageradamente alto, se recomienda compararlo al techo que también indique la hipoteca y hacer una proporción que no termine resultando una desproporción (por ejemplo, un 4% por abajo y un 20% por arriba).