VENTAJAS. Las ofertas en hipotecas son escasas. / O. CHAMORRO
Ciudadanos

La renuencia a bajar los tipos se traslada a todos los créditos

El precio del dinero (que es el sinónimo más cercano al tipo de interés) no marca simplemente la deuda de los préstamos hipotecarios. El que esté alto o bajo también determina los cobros de otro tipo de créditos como son los de consumo. Miguel Ángel Ruiz, de la Unión de Consumidores de Cádiz, destaca que los remilgos de muchas entidades financieras a la hora de trasladar las bajadas del Euríbor se extienden a todos los productos. «Por lo general, se aplican unos intereses de hasta un 11,5%, con lo que la diferencia con el coste oficial del Banco Central Europeo es hasta de diez puntos porcentuales y eso no tiene ningún sentido», asegura.

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La denuncia se agrava porque «si el Euríbor está por debajo del 2% eso significa que ése es el sobrecoste que pagan los bancos a la hora de prestarse entre ellos, con lo que están cargando todo el esfuerzo sobre los ciudadanos», continúa Ruiz.

¿Y qué se hace en estos casos? Jesús Yesa (Facua) considera que, al fin y al cabo, «los bancos siguen teniendo el control de la situación» y si una entidad no quiere cambiar las condiciones de una hipoteca o de un préstamo personal no está obligado a ello. ¿Y si se amenaza con ir a la competencia? «Casi todas las marcas están en circunstancias similares y son muy pocos los ciudadanos que se pueden permitir el lujo de cambiar de una a otra; y si se lo puede permitir es porque no tiene tantos apuros con los pagos», contesta Yesa. Con todo, de lo que sí están seguras las asociaciones es de que «los bancos difícilmente se equivocan con lo que cobran y siempre tienen respaldo legal».