PROTOCOLO. Dos miembros de la guardia de honor del Kremlin franquean el paso al presidente Medvédev. / AFP
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Rusia arroja el guante a la OTAN

El presidente Medvédev anuncia un «rearme a gran escala» a partir de 2011 a pocos días de su entrevista con Barack Obama

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El presidente ruso, Dmitri Medvédev, que afirmó hace poco «haber percibido señales positivas» de Washington y cuyo primer encuentro con su homólogo estadounidense, Barack Obama, tendrá lugar el 1 de abril en Londres, continúa, al igual que el primer ministro, Vladímir Putin, obsesionado con el fantasma de un ataque exterior contra su país. Medvédev anunció ayer ante el generalato ruso un «rearme a gran escala» a partir de 2011.

«Un análisis en profundidad de la situación político-militar en el mundo muestra que ciertas zonas del planeta conservan un serio potencial de conflicto, alimentado por las crisis locales y los incesantes intentos de la OTAN de acercar su infraestructura militar hacia nuestras fronteras», advirtió ayer el máximo dirigente ruso en un encuentro con la cúpula del Ministerio de Defensa.

Según su opinión, «nuestra principal tarea consiste en aumentar la capacidad de combate del Ejército, especialmente las fuerzas nucleares». Medvédev aseguró que, pese a la crisis económica, «a partir de 2011, comenzará un rearme a gran escala del Ejército y la Marina». «Unas tropas bien adiestradas y pertrechadas con novísimos armamentos son la garantía de nuestra seguridad, de nuestra defensa y de cualquier agresión exterior», dijo. Medvédev impulsó el año pasado una ambiciosa reforma del Ejército al constatar que su actuación en Georgia, pese a obtener la victoria, dejó mucho que desear.

çQuedó de manifiesto que Rusia está dotada de unas Fuerzas Armadas obsoletas y muy mal equipadas. No es la primera vez que el jefe del Kremlin desempolva la vieja retórica belicista, reproduciendo los mismos argumentos que Putin expuso machaconamente en los últimos años.

Pero ha sorprendido la virulencia con la que Medvédev arremetió contra la OTAN y que lo hiciera en la víspera de su primera cumbre con Obama, cuya Administración está haciendo un visible esfuerzo de prudencia para sanear las deterioradas relaciones con Moscú.

El pasado día 6 en Ginebra, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, regaló a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, un pulsador rojo con la palabra reiniciar en inglés y en ruso. La traducción contenía un error en el prefijo empleado en el término, pero el detalle se convirtió en todo un símbolo de que EE UU desea hacer tabla rasa e iniciar una nueva andadura con Rusia. Un día antes, la Alianza decidió restablecer sus vínculos con Moscú, rotos tras la invasión de Georgia.

Sin embargo, Medvédev no demuestra la misma disposición, pese a su propuesta de acelerar la negociación del nuevo acuerdo de desarme estratégico, que sustituirá al Start-1, y proclamar constantemente la necesidad de un pacto de seguridad global. El pasado sábado, el general Anatoli Zhijariov no excluyó que Cuba y Venezuela puedan albergar bases para la flota de bombarderos estratégicos rusos. En declaraciones a la emisora Eco de Moscú, Alexánder Sharavin, director del instituto moscovita de análisis político y militar, dijo ayer que las «amenazas» de Medvédev a dos semanas de su reunión con Obama «son poco constructivas». Y eso que el ingreso de Ucrania y Georgia en la OTAN, tan temido y denostado por las autoridades rusas, se ha aplazado 'sine die'.

Putin dio a conocer sus planes de «reforzar el potencial militar de Rusia» antes de que el anterior presidente americano, George W. Bush, hablara de la extensión del escudo antimisiles a Polonia y la República Checa. Aquel proyecto soliviantó aún más al Kremlin y, gracias a la reciente lluvia de petrodólares, está en marcha un programa para modernizar el dispositivo nuclear de Rusia con la llamada 'tríada' (lanzaderas con base en tierra, submarinos y bombarderos estratégicos). Todo ello aderezado con misiles de cabeza múltiple, que, según Putin, no se pueden interceptar.

Rusia, país que cuenta con capacidad nuclear para destruir varias veces el planeta, ensayó el año pasado una veintena de misiles, construye un nuevo submarino con los últimos adelantos y patrulla de forma permanente el cielo y las aguas internacionales.