Sociedad

Fidel Castro, sin chándal

Es consciente de que su nombre genera comentarios, pero a uno de los promotores de las Obamitas, Fidel Castro, no le bautizaron así por nostalgia de la gesta de Sierra Maestra. «Fue por un amigo de mi padre, que se llamaba Fidel», comenta con una sonrisa, mitad comprensiva mitad paciente.

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El caso es que admite que tiene guasa que un tipo llamado Fidel Castro venda galletas con la cara de Obama. Y sabe que el dato no pasa desapercibido. En una de las escasas entrevistas que les han hecho para la radio, un periodista de Cataluña le preguntó si iba al trabajo con chándal. «Por lo menos, tuvo arte haciendo la pregunta», se consuela.