Un joven de 103 años
He tenido la suerte de que el día en que debo desgranar mis reflexiones semanales en este rinconcillo ha coincidido con la celebración del 103 cumpleaños de Francisco Ayala. Así puedo sumarme a las cientos y cientos de felicitaciones que ha recibido hoy el escritor a través de su perfil de Facebook, aunque en un formato más tradicional.
Actualizado:Qué curioso que alguien que ha vivido prácticamente completo el siglo XX -nació en 1906-, que ha sufrido las dos guerras mundiales y la civil ya implicado en política, que ha pasado muchos años de su vida sin televisión, que ha recibido internet a una edad más que avanzada y un largo etcétera, se haya sumado a todas las novedades tecnológicas que le ha ido descubriendo la vida. Yo tengo casi ochenta años menos y me cuesta adaptarme, ¿qué envidia!
Sus palabras han tomado una especial importancia hoy en los telediarios. Se le ha homenajeado y felicitado como merece -aunque el Nobel de Literatura no termina de llegar- hasta el punto de que él se ha sentido, según sus propias manifestaciones, «algo avergonzado». Este siglo y pico de vida no le ha restado lucidez y ya quisiéramos muchos jóvenes poder presumir de una décima parte de la suya. Dijo ayer Ayala que «he procurado cumplir con mi deber y lo he hecho más o menos decentemente». Siglo y pico de humildad, de juventud, de compromiso ético y social, de literatura, de periodismo, de docencia (en universidades europeas y americanas), de premios (el Cervantes, el Nacional de las Letras, el Príncipe de Asturias, entre otros), de viajes -exilio incluido- y de pensamientos, muchos pensamientos. ¿Feliz cumpleaños!