El PSOE negocia contra reloj para evitar su primera derrota parlamentaria
El PP exprime el resentimiento de los nacionalistas de PNV y CIU hacia Zapatero para hacer visible la precariedad de su Gobierno
Actualizado:El PSOE ha activado toda su diplomacia parlamentaria para evitar hoy su primera derrota en el pleno del Congreso. Los responsables del grupo socialista trabajan contra reloj para formar una mayoría de izquierdas que les permita frenar las dos iniciativas que el Partido Popular presenta ante la cámara y, para ello, negociará con IU-ICV y ERC y BNG, entre otros, antes del inicio del pleno a las 16 horas. Los siete diputados de estas formaciones le asegurarían los 176 escaños que dan la mayoría absoluta frente a cualquier combinación que pueda alcanzar el principal partido de la oposición.
El PP quiere visualizar la soledad parlamentaria por la que atraviesan los socialistas y el Gobierno desde la noche de las elecciones gallegas y vascas. Para ello, buscan el apoyo mayoritario del pleno a una ley para la integración social de los discapacitados y para exigir al Ejecutivo que ponga en marcha un paquete concreto de ayudas a la crisis del sector de la automoción.
Su objetivo es simbólico y político. El PP pretende validar la teoría extendida por Mariano Rajoy de que la derrota del PSOE en Galicia y la pérdida de la sociedad parlamentaria con el PNV marcan el principio del fin de ciclo socialista en España, que se concretará en los próximos meses con una gran derrota en las elecciones europeas que se celebran en junio.
Los populares saben que la naturaleza y los objetivos de las propuestas que defenderán hoy en el pleno del Congreso pueden contar con los diez votos a favor de CiU y con los seis del PNV. En el caso de los catalanes, porque hasta ahora han defendido medidas y reformas muy similares; en el de los vascos, porque tienen la indisimulada intención de contribuir lo antes posible a que el Gobierno sufra un revolcón parlamentario y sea consciente de los problemas que le esperan si se empeña en impedir la reelección de Juan José Ibarretxe como 'lehendakari'.
La suma de los 16 votos nacionalistas a los 153 del PP permite a los populares igualar los 169 que tiene el PSOE, por lo que cualquier ausencia de diputados socialistas o el apoyo a sus propuestas de otros grupos menores, como Coalición Canaria, UPN o Unión, Progreso y Democracia (UPyD), aseguraría su victoria.
Semana a semana
La llave de las votaciones está en los tres escaños de ERC y en los dos de IU-ICV. Si votan con el PSOE, no será derrotado. Si no, aunque se abstengan, podrían dar la victoria al PP. Los socialistas también pueden extender las negociaciones, si es preciso, al BNG.
Los grupos de izquierda no rechazan llegar a acuerdos con el PSOE en el Congreso, pero sí han dejado claro al grupo mayoritario que no van a ser su «parachoques permanente contra el PP» ni sus socios fijos para asegurarle la estabilidad parlamentaria. Pretenden discutir cada semana y caso por caso qué proyectos del Gobierno apoyan o no y qué propuestas de la oposición están dispuestos o no a rechazar. Al tiempo, aspiran a que sus apoyos concretos tengan como contraprestación un giro a la izquierda del Gobierno, un final feliz en temas como la financiación para Cataluña, y el apoyo del PSOE para alguno de sus proyectos.
Los socialistas cuentan con la ventaja de que, según fuentes parlamentarias, tampoco los nacionalistas tienen intención de formar con el PP una 'pinza' duradera para infligir derrotas sistemáticas al Gobierno. La confianza en que unos y otros hagan un uso responsable de sus votos llevó hoy al vicesecretario general del PSOE, José Blanco, a desdramatizar su cacareada precariedad. «También antes del verano nos cuestionaban siempre porque parecía que no habría mayoría para sacar adelante los Presupuestos y se sacaron; esa es la forma de trabajar», insistió.
Recolocados
Aunque no hará ascos a dar su apoyo al PP en medidas que considere beneficiosas para sus intereses o los del conjunto de la población, CiU no va a cambiar la estrategia con la que inicio hace un año la legislatura. La federación catalana no será socio parlamentario del Gobierno, pero está dispuesta apoyar cualquier ley, decreto o medida gubernamental que favorezca a Cataluña o que sirva para luchar con eficacia contra la crisis y el paro. El PNV apuesta por mantener un comportamiento similar, aunque en este caso el clima está enrarecido por el asalto de los socialistas vascos, con el refuerzo del PP, a Ajuria Enea.
La dirección socialista mirará hacia la izquierda para capear el temporal hasta que los 'peneuvistas' asimilen su nuevo rol y haya un acuerdo sobre financiación que suavice las relaciones con CiU. José Luis Rodríguez Zapatero no ocultó ayer a la ejecutiva de su partido que tiene prisa porque llegue ese momento. Su intención es cerrar el pacto tan pronto como se constituya el nuevo Gobierno en Galicia, a mediados de abril.
El presidente descarta buscar un acercamiento a Mariano Rajoy. Blanco lo dejó claro a quienes desde sus propias filas reclaman el entendimiento: «Lamentablemente, España no puede contar hoy por hoy con el PP porque sus dirigentes han ido a lo suyo y ahora tienen muchas cosas que explicar».
No fue una razón de fondo, sino un argumento con el que escenificar que el PP es el adversario y que la estrategia política del PSOE pasa por que lo siga siendo.