la primavera y la playa
Es algo que ni tan siquiera se me había pasado por la cabeza en este mundo de prisas que se adelanta a los propios acontecimientos y en el que si no corres te quedas atrás. Pero no nos pongamos filosóficos. Lo que quiero decir es que me llamó un amigo el otro día y me dijo aquello de «mañana han dado buen tiempo, así que prepárate un bocadillo y recógeme (por toda la cara) en mi casa que nos vamos a la playa». «¿A la playa?». «Sí, claro, a la playa». «Pero si estamos en marzo». «¿Tú has visto el buen tiempo que hace?».
Actualizado:Y tengo que reconocer que llevaba razón, a juzgar por el panorama que allí me encontré, con el chiringuito hasta la bandera, como se suele decir. No sé lo que vamos a dejar para los meses de verano, pensé luego. Claro que ahora viene la temporada de fiestas y todo el mundo quiere estar guapo (y cómo no, moreno) para la Semana Santa (lloverá, como siempre) y para la Feria. Sin olvidar las motos, donde la ciudad volverá a abrir de nuevo sus calles a las dos ruedas.
Bonita época, precedida del comienzo de la primavera, si no fuera por los negros nubarrones que tenemos ya encima (maldita economía global y malditos especuladores) y que se materializan en esta ciudad de una forma tan real como las 26.500 personas que ya han pasado a engrosar las listas del paro. Aunque hay que ser optimistas, porque como dijo Zapatero, «la economía no es sólo dinero, sino un estado de ánimo». Así que, españoles, jerezanos, ya saben, no desaprovechen el momento, carpe diem: a consumir.