almas clandestinas
Lo maravilloso del alma, como de los sueños, es su divina liberación del todo por la nada, pues se sueña el alma dándolo todo sin esperar. No sé cuántas noches le he dado la bienvenida a tu alma, que no a tu cuerpo, y me he dejado llevar con ella a dar paseos largos por alguna orilla y, al despertar, me he sentido y creído tener los pies aún húmedos de sal y arena.
Actualizado:Sé por tu mirada, mas es tu alma quien me susurra, que me echas alguna vez de menos, y debes saber que aún mis labios evocan tu nombre en secretos silenciosos. El silencio guarda en sus meandros muchos secretismos, pero déjame decirte que éstos no existen entre tu alma y el mío, pues somos cómplices del mismo secreto, hermanos del mismo silencio, amantes del mismo amor
Creo que tu vida hoy es plena y creo creer que hasta feliz; mas es por ello que tus visitas clandestinas me sorprenden y hasta me satisfacen, pues nunca ya las espero. Sé que me has apuñalado hasta por la espalda y cuando mi cuerpo yacía bañado en sangre y mis últimas palabras trémulas carecían de sentido, tu romántica pasión ha venido a mí para sanarme, y hasta he resucitado desde la muerte que arrepentida me dabas.
Quizás ya sabes que no te guardo rencor por tus impulsos ni por la máscara que has de aparentar. Hoy, más que ayer, vivo alejado de todo, lejos de la algarabía chismosa y falsas apariencias, sólo pendiente de las pequeñas cosas que me importan y aquellas que mi deseo cultiva. Sigo admirando a todo aquello que amo, y es que amar es admirar. No ocultaré que dejé de admirarte, pues pienso que aquel cautivador arrebato de tu belleza se vio tristemente apagado por tu falta de coherencia en algún momento de tu vida. Pero sigues, con todo, siendo ese último pensamiento, ese último beso, ese último eco que mis oídos escuchan.