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La ex guerrilla salvadoreña amenaza veinte años de poder de la derecha
Ávila y Fuentes representan a los bandos que pugnaron en la guerra civil
Actualizado: GuardarLa tranquilidad dominó ayer el desarrollo de las elecciones presidenciales salvadoreñas. Atrás quedaron los temores de que se reprodujera la tensión vivida durante la campaña electoral. Los sondeos apuntaban un resultado muy cerrado aunque con una ligera ventaja del aspirante de la ex guerrilla de izquierda frente al candidato de la derecha. Los primeros resultados se esperaban para la madrugada, hora española.
Con el fin de garantizar la paz y la trasparencia de las votaciones para elegir al presidente que gobernará el pequeño, violento y pobre país centroamericano durante los próximos cinco años, cerca de 20.000 policías y soldados fueron desplegados por la geografía nacional. Las urnas, abiertas desde las 7 de la mañana a las 5 de la tarde (seis horas más en España), también estuvieron vigiladas por 4.000 observadores, de ellos 1.200 internacionales, y voluntarios de los dos partidos en liza. La gubernamental Alianza Republicana Nacionalista (Arena) desplegó a unos 38.000 colaboradores y el ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que denunció el intento de sus rivales de cometer un fraude en su contra, dijo contar con unos 80.000. Su función fue ayudar a los votantes a encontrar sus mesas así como empujar sillas de ruedas e incluso conducir vehículos para acercar a los electores a centros de sufragio, en ocasiones muy alejados de su lugar de residencia.
El presidente saliente, José Antonio Saca, de Arena, votó temprano. Después de depositar su papeleta destacó haberlo hecho «con tranquilidad. He estado viendo la televisión y radio y me he dado cuenta de que existe tranquilidad en todas partes». También que la participación sería masiva pues para el mediodía ya habían ejercido su derecho entre el «60% y el 65%» de un censo total de 4.226.479 electores.
Diez años de guerra
El ex jefe policial Rodrigo Ávila, el candidato del mismo partido que Saca, y el periodista y profesor Mauricio Funes, aspirante del FMLN, representan como pocos la guerra de diez años que vivió el país y cuya paz se firmó hace diecisiete años. El hermano de Ávila fundó la formación que ahora gobierna mientras que el hermano de Funes militó en una organización estudiantil y murió al comienzo de la guerra civil.
Quien gane los comicios deberá enfrentarse a los graves problemas que azotan al país, como el subdesarrollo en el sector sanitario, en el social y en la seguridad pública. La diarrea mata a un niño cada ocho días y doce personas perecen cada día por la violencia, lo que convierte a esa nación en la más violenta de América Latina ,según el Observatorio Centroamericano sobre Violencia (OCAVI).