Más de 40.000 personas tratan cada mes de abandonar el registro de morosos
Empresas de todo tipo se suman a la gestión de la lista negra para conocer la solvencia de potenciales clientes
Actualizado: GuardarEs la lista más negra de España; el directorio en el que nadie quiere entrar y del que todos quieren salir. En concreto, algo más de 40.000 cada mes. El registro de morosos de Asnef-Equifax, el mayor compendio de impagos del país, crece a ritmos desorbitados, impulsado por la crisis económica y, sobre todo, por el paro. Son ya 5,7 millones de operaciones impagadas por valor de 32.000 millones de euros (un 148% interanual más) las que acumula este registro al que cada día se apuntan más empresas, necesitadas de saber el verdadero grado de solvencia de sus posibles clientes.
La leyenda dice que entrar es muy fácil pero que salir no lo es tanto. Los responsables de Asnef-Equifax matizan que la lista de morosos se revisa y actualiza cada semana, y que son las entidades financieras socias las que comunican el pago del crédito reclamado. Pero muchos no se fían, y tratan de que su nombre desaparezca cuanto antes una vez saldada la deuda, bien sea por fax o por carta, o presentándose en persona en las propias oficinas de Asnef-Equifax. No todos con buena fe, pues como señala la organización, son muchos los que tratan de recuperar su honra financiera con «fotocopias falsificadas».
Quien demuestre con su pertinente certificado que ha pagado a su acreedor, sin que éste lo haya comunicado al registro, deberá esperar diez días para quedar tranquilo y desaparecer de la lista. En ese plazo, Asnef-Equifax tratará de verificarlo con la entidad acreedora: si ésta lo confirma, se procede al borrado; si no lo hace, también. Eso sí, puede que el banco o la financiera de turno se dé cuenta después de que el impago se mantiene, lo que reabriría todo el proceso.
Puertas cerradas
No es baladí el constar en este registro de morosos, pues complica sobremanera la concesión de cualquier préstamo. De hecho, cierra también las puertas a la obtención de tarjetas de crédito, de casi cualquier tipo de financiación, de simples compras en los establecimientos o financieras de marca que forman parte del sistema y, en muchos casos, hasta de la suscripción en servicios básicos como la luz, el gas o la telefonía. Y es que en los últimos años se ha disparado el número de participantes gestores del registro. En sólo tres ejercicios, este grupo ha pasado de 275 a 351 entidades, que controlan más del 95% de la financiación que se concede en España. En 2008 fueron legión las compañías extranjeras que se apuntaron al sistema. La inclusión en el grupo, no obstante, es de doble vía, ya que las empresas ven a los morosos de los demás, pero los demás también observan los suyos. Todo en pro de evitar sustos y evitar ofrecer dinero a los considerados malos pagadores. El año pasado, los socios realizaron 1.039 millones de consultas, mientras que dos años antes ese número fue sólo de 410 millones.
La entrada en la lista negra es fácil. Basta con no pagar un recibo para que la entidad de turno incorpore al moroso en el registro. Una operación que es voluntaria (para el acreedor) pasados 60 días del impago, pero que resulta obligatoria superados los 90 días. Eso explica que el saldo moroso (32.000 millones) sea inferior a la morosidad crediticia que ofrece el Banco de España, pues muchos deudores pagan entre el día 60 y el 90. Cuando Asnef-Equifax recibe una notificación, incluye al momento al moroso en la lista, y le envía una carta comunicándoselo. Si el crédito no se abona, la anotación permanecerá durante seis años.
Las cifras del registro de morosos asustan. El número de operaciones fallidas crece a un 45% interanual, el ritmo más alto desde, al menos, 2002. Como en todo, hay diferencias. El número de españoles en mora asciende a 2 millones, lo que supone un incremento del 60%. Pero entre el colectivo inmigrante, más golpeado por el paro, la velocidad de impagos crece al 198%. Ya son 665.000 los foráneos que aparecen en la lista. Por tipo de operaciones, las hipotecas se llevan la palma en cuanto a entradas en mora. Los impagos en este segmento crecen al 310%, seguidos por los sufridos en los préstamos personales (91%) y los registrados en las operaciones de financiación al consumo y a la compra de coches.