El Cádiz B y el Mairena aburren al poco público que acudió a El Rosal

El filial amarillo volvió a aburrir a los pocos incondicionales que cada dos domingos visitan la ciudad deportiva de El Rosal para observar las evoluciones del principal de la cantera cadista. El choque entre el Cádiz B y el Mairena fue un cúmulo de despropósitos, un auténtico desastre.

Ninguno de los dos equipos logró jugar al fútbol ni medianamente bien. La falta de espectáculo y vistosidad se adueñó del partido desde el primer minuto y el resultado de empate sin goles fue la consecuencia justa y merecida del trabajo realizado por gaditanos y sevillanos durante los eternos noventa minutos que duró el encuentro.

El conjunto de Jesús Casas es reincidente en el asunto de matar de aburrimiento a sus aficionados. Hace un par de jornadas ya empató a cero goles en El Rosal ante el Atlético Sanluqueño, en un partido igual de malo que el disputado ayer. Este encadenamiento de empates a cero goles en El Rosal fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los seguidores cadistas, que acabaron abroncando con razón al equipo amarillo.

Evidentemete ni gaditanos ni sevillanos acertaron con la portería y se llevaron un punto, aunque lo más justo hubiera sido que el duelo hubiera acabado en derrota para los dos conjuntos. Con este empate, el Cádiz B sigue fuera de los puestos de descenso, pero y con cierta ventaja, aunque más por demérito de los perseguidores (como el Chiclana) que por sus propios méritos.

Si el filial amarillo no empieza a mejorar en sus partidos en casa, puede ser que un día juegue sin una sola alma en las coquetas gradas de El Rosal.