Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Ciudadanos

Un salvavidas para los jornaleros del campo en tiempos de crisis

Alcalá del Valle se ha convertido en un referente tanto en la provincia como en Andalucía, muy a su desgracia, por la emigración que sigue produciendo en pleno siglo XXI debido a la falta de empleo. Los alcalareños siguen buscándose la vida fuera de su pueblo, como se hacía hace décadas. Y aunque eso tomará auge en un momento económico como el actual, en esta población nunca se dejó de hacer, incluso en pleno boom de la conocida burbuja inmobiliaria.

ANTONIO ROMERO
Actualizado:

Cientos de alcalareños acuden cada año a realizar temporadas agrícolas a otras provincias andaluzas como Córdoba o Jaén con la aceituna; o en el resto de España, sobre todo a Zaragoza, a la recogida de frutas; y al resto de Europa, como a Francia y Bélgica, para la recogida de uva y manzana. Esta emigración afecta, sobre todo, al sector más joven de la población, aunque cada vez hay más personas de mayor edad que tratan de emigrar, tanto hombres como mujeres.

Estas circunstancias hacen que pueda considerarse el esparrago como un cultivo «social», que da trabajo a más de 350 cooperativistas, además de miembros de sus familias y 100 mujeres, que trabajan en la producción y el envasado. Todo ello, en una población con casi 5.400 habitantes y más de 300 parados (unos 100 más que hace un año).

A todo esto hay que unir el intento de convertir Alcalá en un destino turístico gastronómico asociado al espárrago, lo que podría crear aún más empleo en el sector de los servicios. Esta iniciativa, por ahora, no termina de despegar, pero los empresarios y agricultores no cejan en pedir mejoras de infraestructuras para que el acceso a la localidad no sea tan complicado para los turistas.

La situación actual de crisis ha propiciado que la cooperativa haya recibido una avalancha de solicitudes de trabajo durante la campaña. «Nosotros tratamos de cubrir esa demanda en la medida de nuestras posibilidades, pero no llegamos a ofrecer tanto empleo como el que se necesita», asegura Francisco Dorado.

El trabajo en el espárrago se ha convertido, además, en un salvavidas para cientos de jornaleros: y es que la mala campaña de la aceituna, con muchos días lluviosos, ha hecho que muchos de ellos no reúnan las 35 peonadas necesarias para tener derecho al subsidio agrario. Esto ha desatado el aumento de la demanda de peonadas agrarias, y muchos vecinos intentan que el espárrago se las pueda proporcionar.