Ahorro popular
D es de hace cierto tiempo los medios de comunicación se vienen haciendo eco de una probable fusión entre Unicaja y la Caja de Ahorros Castilla La Mancha aunque también se habla de una absorción de la entidad manchega por la caja andaluza. Sea lo que sea, la operación parece inminente puesto que existe un principio de acuerdo entre los órganos de gobierno de las dos entidades y cuenta, según se dice, con el beneplácito del Banco de España y el apoyo del Gobierno.
Actualizado:Como siempre sucede en estos casos hay opiniones para todos los gustos sobre la conveniencia o no de la fusión. De un lado, es evidente que la medida puede fortalecer a la entidad producto de la integración porque la convierte en una de las cajas de ahorro más importante de España; pero de otro, si se hace caso a ciertas informaciones publicadas en la prensa, la capacidad crediticia de la nueva entidad podría verse afectada por la situación que atraviesa la CCM. Sus beneficios en 2008 cayeron un 87 % respecto al ejercicio anterior. Es posible que en periodos de recesión otras entidades financieras se encuentren en condiciones más o menos similares. En cualquier caso esperemos que la fusión sea un acierto y que el Banco de España y el Gobierno garanticen plenamente el éxito del proyecto.
Desde una perspectiva andaluza e incluso gaditana -no olvidemos que Unicaja tiene raíces en la Caja de Ahorro de Cádiz- parece lógico que el proceso de concentración del ahorro popular se ultime, previamente, en nuestra comunidad para extenderse, más tarde, por territorios de otras Comunidades Autónomas. Mucho antes del inicio de la Transición diversos sectores de la sociedad reclamaban las creación de un potente grupo financiero andaluz que fuera capaz de apostar decididamente por la enorme capacidad de desarrollo potencial que posee Andalucía.
Por desgracia no ha sido así. Los intentos realizados en este sentido se han quedado a medias, en un quiero y no puedo. Muchos andaluces perciben que los egoísmos personales y de grupo, los intereses creados, las ambiciones de unos cuantos y la incapacidad atribuible a algunos gestores públicos han frustrado un viejo anhelo de nuestra tierra. Es verdad que existen procesos de integración que marchan a trancas y barrancas pero son claramente insuficientes para lo que demanda la realidad de la economía andaluza, sobre todo en estos tiempos de crisis que corren.