Ciudadanos

La transformación de negocios

En tiempos de crisis las personas están forzadas a agudizar el ingenio y buscarse las papas como sea. Nunca mejor dicho para Luis Torres, frutero con una tienda que, para dar salida a la fruta la vende con su camioneta. «Lo que sea por vender un poco más; si los clientes compran cada vez menos, habrá que ir a buscar más clientes». Cada mañana sale en busca de compradores: «Me pongo en las urbanizaciones y pego dos o tres gritos: ¿Ya está aquí la fruta, señora!. A veces llamo a uno o dos timbres. Y me voy a la puerta de los colegios», cuenta. Este frutero tiene las cosas claras y sabe que «si no nos movemos, no logramos nada». A pesar de la crisis dice que no puede quejarse, «pues las cosas me van bien, pero esto tiene su trabajo, doy más vueltas que una peonza.

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José Luis Miguélez es zapatero y confirma que «vienen más gente a cambiar la tapa». Por lo demás «no hay grandes cambios». La transformación de su negocio se ha producido en su tienda, pues «antes sólo me dedicaba a arreglar zapatos, pero ahora hago copias de llaves y afilo cuchillos». Unos cambios necesarios para «poder afrontar con algo de mayor garantía el futuro, si no, lo llevamos crudo».

Como estos dos empresarios, son muchas las personas que están adaptando sus negocios a nuevas actividades. Una diversificación con la que tratan de esquivar los severos efectos de la recesión económica por la que se está atravesando el consumo.

Se trata de hacer todo cuanto se pueda y adaptarse a los tiempos que corren. Es el caso de los bares y restaurantes que están bajando el precio de los menús, con la intención de atraer a más clientes. No es sólo que haya días especiales, es que en algunos locales, como es el caso del bar Montañeses, en San Fernando: el menú diario cuesta sólo cuatro euros.

Los buzones de las viviendas también se han dado cuenta de las dificultades económicas por las que atraviesan las personas, ya que cada vez hay más pintores de brocha gorda y los llamados manitas, cuya publicidad se llega incluso a amontonar. Una de las frases más repetidas en estos anuncios es la de «los mejores precios en tiempo de crisis».