AL AIRE LIBRE

Don José Mazuelos

Lo llamo así todavía, y sin el añadido de Monseñor, porque, aunque la cuestión parece definitiva, no quiero contribuir a romper lo que ya parece un secreto a voces, expandido desde el domingo pasado e incluso desde un altar de una Iglesia de la Diócesis. Durante toda esta semana que va pasando, algunos foros han funcionado a base de bien, y la famosa Cigüeña de la Torre ha sobrevolado con la noticia todos los días insistentemente, lo que ha alertado a no pocos que han colgado jugosos y significativos comentarios en la conocida página, con su mijita de leña por aquí y por allá. Si a ello se suma que el martes, primer día de Quinario de la sevillana Hermandad de los Estudiantes, se notó la ausencia de Don José como director espiritual, al encontrarse de regreso de Roma, y se sigue sumando que el miércoles todo eran comentarios tras el Quinario, con Mazuelos presente aguantando el chaparrón con buen humor, mas la portada en este mismo medio anunciando nuevo Prelado, obra de arte de mis amigos Vegazo y Wayne, comprenderán ustedes que hablar a estas alturas de hipótesis no se sostenga mucho como titular informativo, pese a que aceptemos y entendamos que el nombramiento por escrito como Obispo lleve y deba llevar una determinada fecha que opera como ficción jurídica que marca el inicio de su mandato. Como entendemos también que en estos tiempos de aceleración informativa, no resulta muy adecuado congelar una información, o en todo caso seguir manteniendo una determinada concepción del sigilo que lo asemeja mas a un procedimiento de perfiles secretos que a un normal y natural desenvolvimiento del inicial mandato predicador de Jesucristo.

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Con todo, y deseando llamar pronto a Don José Mazuelos Monseñor, sea bienvenido este médico y Doctor en Teología y Bioética (seguro que Aído no lo sabía, si no, lo incluye en su Comité de Expertos), ursaonense de nacimiento y cofrade de corazón del Nazareno de Osuna, del que me aseguran ha sido costalero.

Y para completar el retrato, sevillista de corazón. Pero todo esto no es lo más importante. Lo más importante es que es un hombre de Cristo que viene a servir a esa Iglesia a la que le está dando su vida y sus mejores años, y que formamos tantos hombres, mujeres y niños.