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TOCADO. Juande Ramos está cada día más solo. / EFE
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Juande Ramos se espera a un Athletic como el Liverpool

Roto en defensa y en la medular, el Madrid llega muy tocado a San Mamés Cannavaro, Gago y Guti serán bajas en un partido clave para la liga

A. GÓMEZ
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Juande Ramos asegura que está «personalmente muy bien», que no le afectan las críticas, que ya tiene olvidado el varapalo de Anfield y que sólo tiene en mente el partido de hoy contra el Athletic (22.00 h. La Sexta) para «luchar por la Liga con la máxima ilusión», pero es consciente de que «ya sólo vale sumar de tres en tres» y se espera en San Mamés a un rival con las mismas intenciones que el Liverpool. Un Athletic que no se encerrará, sino que saldrá desde el primer minuto a apretar, volcado al ataque para intentar aprovecharse de un Real Madrid que se aferra a la Liga como única tabla de salvación y ya está sometido a máxima presión.

Además, roto en defensa por la baja por lesión de Cannavaro, y también en el centro del campo, por la ausencia del sancionado Gago y del también lesionado Guti. «El Athletic empuja mucho apoyado por su público. Ese es su tipo de fútbol y creo que ese será el equipo que nos vamos a encontrar», aseguró ayer el técnico blanco, que se vio sorprendido por el juego ofensivo del equipo de Rafa Benítez, que bailó y ridiculizó a los madridistas en una espectacular primera parte en Liverpool.

Ahora toca San Mamés, un estadio con un ambiente equiparable al de Anfield, en el que el Madrid ha ganado las tres últimas temporadas pero que ahora se presenta como un escollo difícil de superar para un campeón muy tocado anímicamente y sin soluciones futbolísticas.

Temible San Mamés

Juande dice que le encanta jugar en San Mamés, «donde el ambiente, con un público muy entendido, es excelente, se vive el fútbol con una gran intensidad y no es un campo gafe para el Madrid», pero la primera de las 12 finales que le quedan al Madrid no puede llegar en peor momento. Con el técnico sentenciado y más de la mitad de la plantilla fuera del equipo, naufragando en medio de un optimismo ficticio. «La gente no tiene la alegría de antes, pero estoy convencido de que volverá a su nivel».

En una jornada que se presenta decisiva para que el Madrid se despida de forma definitiva del campeonato o pueda sobrevivir y se rearme moralmente, lo que atenaza al equipo, agobiado también por la grave crisis institucional de la que no escapan los futbolistas, es que ya no hay margen de error. «Ya no nos podemos permitir ningún tropiezo».

Quizás considera que este Madrid no da más de sí, aunque, pese a que se le insistió varias veces la víspera de enfrentarse al Athletic, no quiso abrir ninguna polémica. Tenía la lección muy bien aprendida. «No me veréis hundido, porque no lo estoy», sentenció quien dice que ni siquiera le preocupa que se hable de un sustituto para el banquillo.

Para medirse al Athletic la situación, sin embargo, no puede pintar en teoría peor, porque tendrá que buscar un sustituto para Cannavaro, que, esta vez sin experimentos como frente al Atlético, será Metzelder; y otro para Gago, y sin Gago, Guti ni Javi García, Sneijder parece ser el único recurso para acompañar al incansable Lass. «No es lo mismo jugar contra Forlán y Agüero, pequeños y rápidos, que contra Llorente, que tiene más envergadura y va muy bien de cabeza. Vamos a jugar contra un equipo muy distinto al Atlético», recordó. «Hay tiempo suficiente para recortar la diferencia de seis puntos. Lo que tenemos que hacer es trabajar, porque no podemos dejar que el trabajo se desperdicie en dos o tres meses».