Un atunero español escapa de un intento de secuestro de los piratas somalíes

El atunero vasco Felipe Ruano ha logrado escapar del ataque de unos piratas en aguas de Somalia gracias al aviso del avión español P3-Orión, que se encontraba en misión de vigilancia en el golfo de Adén. La embarcación, que se encontraba faenando a 525 millas de la costa africana, "ha conseguido huir del ataque de dos esquifes (lanchas) que se le aproximaban cuando fue alertado de que estaba en una zona con posibles piratas", ha señalado la ministra de Defesa, Carme Chacón.

Según ha informado el gerente de la Asociación nacional de buques atuneros congeladores (ANABAC), Juan Pablo Rodríguez Sahagun, el ataque se ha registrado a las 7.30 hora española, cuando el barco congelador ha sufrido el seguimiento de un cayuco. Tras hora y media de persecución, el atunero español ha conseguido zafarse de los asaltantes y en estos momentos se dirige al puerto de Seychelles.

En el barco viajan una veintena de tripulantes, en su mayoría vascos y gallegos. "No ha habido ni heridos ni daños en el barco. Afortunadamente todo ha salido bien aunque el problema está ahí", ha señalado González.

Desde ANABAC han criticado que los ataques de los piratas se están produciendo ya en aguas "muy alejadas" de la costa de Somalia, donde "hay barcos siempre", por lo que las embarcaciones "hoy por hoy están muy desprotegidos". "A pesar de los esfuerzos que está haciendo España, sería deseable que hubiera más presencia y más contundencia. No entendemos que después de varios ataques que ha habido esta semana en esta misma zona, los piratas sigan ahí", ha señalado la asociación.

Peligro en el Índico

El Felipe Ruano es un atunero congelador de 70 metros de eslora y 1.500 toneladas de arreo bruto, perteneciente a la compañía Pesquera Vasco Montañesa, S. A. (Pevasa), al igual que el pesquero Playa de Bakio, asaltado con lanzagranadas el pasado 20 de abril mientras faenaba en las costas de Somalia. Unos minutos después de ser liberado el 26 de abril, sufrió un segundo intento de secuestro por otro clan de piratas somalíes. Aunque nunca ha trascendido la cantidad abonada a los secuestradores, se comenta que la empresa propietaria del buque entregó 1,2 millones de dólares a los captores.

Un total de 23 barcos, con unos 540 tripulantes, faenan en aguas del Índico. La mayoría de las embarcaciones pertenecen a la Asociación Nacional de Buques Atuneros Congeladores, con sede en Bermeo, que se dedican a la captura de túnidos para conserva y generan un tercio del empleo de toda la pesca vasca. Las costas de Somalia son una zona de buen rendimiento y alberga una de las principales pesquerías desde hace muchos años.