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«Sabía que este día iba a llegar»
Madoff ingresa en prisión tras confesarse «avergonzado» y declararse culpable
Actualizado: GuardarLos juzgados del bajo Manhattan no habían sido asediados nunca por tantas cámaras. En medio de los flashes, esperando al responsable de su ruina económica, decenas de enojados inversores aguardaban bajo el frío el momento en el que el financiero Bernard Madoff hiciera una fugaz aparición camino de su cita con el juez. Apenas tuvieron tiempo de mostrar su indignación. Luego, el otrora respetado ex presidente de Nasdaq, cumplió con el guión que había anunciado el martes su abogado y se declaró culpable de once delitos de fraude. No habrá sentencia hasta el próximo 16 de junio pero casi nadie duda a estas alturas de que Madoff pasará el resto de sus días en la cárcel. «Estoy agradecido por esta oportunidad de declarar públicamente mis delitos, de los que me siento profundamente arrepentido y avergonzado», dijo al juez federal Denny Chin. «En realidad siempre supe que este día acabaría llegando», añadió.
Se acabaron los arrestos domiciliarios previo pago de cuantiosas fianzas. El financiero duerme desde ayer en prisión. Podría ser condenado a 150 años por delitos de fraude con acciones, en asesoría de inversión y en transferencias bancarias, lavado de dinero, robo y perjurio.
Flanqueado por sus abogados, Madoff respondió de pie a las preguntas del juez Chin sobre si comprendía las consecuencias de su declaración de culpabilidad y si estaba satisfecho de su defensa. Con una voz apenas audible, empezó a reconocer su larga lista de delitos. «Trate de hablar más alto para que pueda escucharlo», le espetó el magistrado. El financiero titubeo y pidió un vaso de agua.
'Pirámide Ponzi'
Cuando hizo el relato de cómo pudo sostener durante 20 años la gigantesca operación de fraude cuyo colapso evaporó unos 65.000 millones de dólares (50.800 millones de euros) de las cuentas de sus clientes, el financiero hizo un críptico ejercicio de arrepentimiento. «Creía que eso pararía rápidamente y que conseguiría desembarazarme de ello, pero se hizo difícil y finalmente imposible»
En otro momento de su declaración admitió que «la 'pirámide Ponzi' fue solo una parte de los negocios», para luego remarcar que otros aspectos de la empresa gestionada con su hermano eran «legítimos, rentables y muy exitosos». La de ayer fue la primera vez desde su arresto el pasado 11 de diciembre en que Madoff habló públicamente del que se considera ya el mayor fraude en la historia de Wall Street, una pirámide global en la que quedaron atrapados fondos de pensiones, grupos sin fines de lucro y bastantes famosos neoyorquinos, y que se ha tragado los ahorros de miles de personas.
Durante la audiencia de 75 minutos, el juez dio la palabra a algunas de las víctimas de la trama. Maureen Ebel, una de las afectadas, abogó por la celebración de un gran juicio «para comprender más a fondo el alcance de este horrendo crimen». Los investigadores todavía no han determinado dónde han ido a parar los miles de millones de dólares estafados. Tampoco está claro si en algún momento los afectados recibirán alguna compensación significativa.
La trama organizada por Madoff consistía esencialmente en prometer intereses mucho más elevados que los del mercado para atraer clientes. Los primeros inversores reciben sus intereses gracias a las aportaciones de los segundos, que son pagados con el dinero de terceros y así sucesivamente, hasta que la pirámide no puede encontrar más clientes y cae por su propio peso. Muchos de los inversores que recibieron puntualmente los intereses mantuvieron durante años la suma principal con el banquero y fueron la mejor publicidad por la seriedad y cuantiosos beneficios que generaba y pagaba la firma de Madoff.
Queda por saber el destino que decidirá el magistrado sobre 54,6 millones de euros (70 millones de dólares) que están bajo el control de su mujer y si este dinero puede ir a parar a indemnizaciones para algunos de los miles de clientes afectados. La esposa de Madoff, a cuyo nombre se encuentran varias de las pertenencias de la familia, ya se ha encontrado en varias ocasiones con problemas a lo largo del proceso por sus intentos de transferir parte de sus pertenencias a amigos y familiares.
El mago de las finanzas, de 70 años, se encontraba bajo arresto domiciliario en el lujoso apartamento que su mujer tiene en el Upper East Side de Nueva York desde que en diciembre se conoció la multimillonaria estafa de la que se acaba de declarar culpable. Según él mismo aseguró a su hijo, el fraude ascendería a 50.000 millones de dólares (39.000 millones de euros), una cifra por debajo de la estimada en la investigación oficial.