CRÍTICA DE TV

Lunnis

Se hizo famosa cantando Antes muerta que sencilla y ahora va a ser el rostro de Los Lunnis, el programa para niños de TVE: María Isabel, catorce años. Como es ya costumbre, la Pública presenta el asunto diciendo que Los Lunnis apuestan por «una imagen más moderna e innovadora». Añade que María Isabel «hará de vínculo entre el niño espectador y los Lunnis» y, por supuesto, subraya que esto incentiva «la participación y la interactividad a través de la web». Ahora bien, no deja de llamar la atención que la flauta de TVE haya soplado precisamente por ese agujero. La cuestión no es que María Isabel vaya a Los Lunnis, sino que Los Lunnis reclame a María Isabel. Me explico: es difícil defender que un programa supuestamente didáctico de la primera televisión pública del país escoja como icono a una niña que no transmite una idea vinculada al aprendizaje, sino a las manifestaciones más primarias del consumo y, más aún, a la utilización de la infancia como reclamo comercial. La completa ausencia de espacios apropiados para los niños es ya un tópico de nuestro paisaje televisivo.

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Los contenedores infantiles están concebidos como franjas de explotación comercial: se trata de iniciar al niño en la sociedad de consumo. Por convención, todos decimos que sólo TVE escapa a esa maldición del dinero. Pero me pregunto si, por aplicación de la indulgencia automática hacia el mal menor, no estaremos renunciando al bien posible. Los Lunnis -cuenta TVE- van a centrar sus mensajes en áreas temáticas concretas: desayuno y hábitos saludables, formación «en valores» (solidaridad, diversidad, cooperación y el respeto al medio ambiente), una sección educativa, inglés y nuevas tecnologías. El conjunto no es despreciable, y siempre será mejor que otros experimentos, pero resulta un poco pobre. Y no digo yo que haya que volver a la vieja Televisión Escolar de los años sesenta, porque esas cosas ya han quedado para los ingleses (la BBC lo hace), que son unos reaccionarios; pero a lo mejor no sería demasiado ofensivo pedir que la programación infantil de TVE pusiera más el acento en la educación, en lugar de ponerlo en María Isabel. La cual, por otro lado, se va a forrar a vender discos a partir de ahora.